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El COVID-19 fue la segunda causa de muerte en 2020, por detrás del trastorno mental orgánico

Fue más letal que la enfermedad cerebrovascular, la insuficiencia cardíaca o el cáncer de pulmón

Traslado de una persona fallecida en 2020. | // IÑAKI OSORIO

El 6,4% de las muertes que se registraron a lo largo de 2020 en la provincia de Ourense fueron causadas por el COVID-19. La pandemia fue la segunda la causa de defunción ese año en el que la irrupción del coronavirus disparó los decesos por enfermedades infecciosas. De 67 registradas en 2019 a 397 en 2020. La mayor parte, 328, fueron causadas por el coronavirus, y otras 18 se cerraron como sospechosas de COVID, sin que se pudiese llegar a confirmar el diagnóstico.

Así lo recoge el Instituto Nacional de Estadística en su informe sobre defunciones según la causa de la muerte publicado esta semana. El pasado mes de mayo ya se había confirmado una discrepancia en el dato de muertes por COVID recogido por el INE respecto al de Sanidad, que en el caso de Ourense implica una diferencia de 19 muertes más que las contabilizadas inicialmente.

5.108 muertes en 2020

Pese a que el coronavirus elevó la mortalidad, no fue esta la primera causa de muerte en la provincia. De las 5.108 que se registraron en 2020, el grupo de patologías con más defunciones es el formado por los trastornos mentales orgánicos, senil y presenil, en los que se incluyen la demencia o el delirium, con 415 muertes, trece más que el año anterior. Le sigue el COVID-19 identificado, con 328, que se situó por delante de las enfermedades cerebrovasculares, que provocaron 321 muertes, la insuficiencia cardíaca (270), el tumor maligno de la tráquea, de los bronquios o el pulmón (192), las enfermedades hipertensivas (169), el infarto agudo de miocardio (130), las enfermedades crónicas de las vías respiratorias (123) o la neumonía (103).

Causas externas

En 2020 también hubo un importante incremento en la mortalidad por causas externas, de 151 a 178. Aumentaron los muertos por accidentes de tráfico (de 14 a 17), y casi se duplicaron las defunciones por caídas accidentales (de 48 a 89). Hubo 15 ahogamientos, cinco envenenamientos accidentales por psicofármacos y drogas, 31 suicidios y 2 homicidios.

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