Son numerosos los usuarios y vecinos del parque San Lázaro, el Infantil (en la Alameda do Cruceiro), el Miño y el Posío que se quejan de la presencia de ratas campando a sus anchas y a plena luz del día, mientras niños y perros juegan.
Los propios empleados del Café Anyan (con terraza en el primero de los parques citados) reciben protestas a diario por la presencia de estos animales, que se suma a la molesta abundancia de palomas. “También hay gente que le da de comer a los pájaros, pero al final lo único que consiguen es que vengan más ratas”, protesta un cliente sentado en una de las mesas.
Desde el Concello de Ourense aseguran que la empresa encargada de desinsectación y desratización en los espacios públicos lleva a cabo tres actuaciones intensivas anuales –en los meses de mayo, julio y septiembre– y que el resto del año, dos días por semana, es una persona la que se encarga del mantenimiento. Afirman desde el Consistorio que “cuantitativamente, los equipos de desratización no detectan más, sino menos ratas” y que el cambio en la normativa obliga a actuar bajo demanda. “Quien ve una rata llama a Medio Ambiente y se actúa. Es por eso que se incrementaron las llamadas”, explican.
Los cambios en la normativa a los que achacan la diferencia en cuanto a la actuación sobre la población de roedores son la actualización de clasificación, etiquetado y envasado de sustancias y mezclas químicas y el programa de revisión de sustancias activas biocidas, creado por la Comisión Europea. “Se prohíbe el cebado permanente y solo se permite la aplicación selectiva, cuando exista certeza de plaga”, mantienen.
Achacan al calor, las lluvias y la desorientación que les produce el veneno la proliferación de las ratas en espacios públicos a plena luz del día.
