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El poblado fortificado de Larouco suma el hallazgo de dos nuevas cabañas

Un campo de voluntariado participó en las excavaciones en el yacimiento de O Castrillón, datado en la Edad de Hierro

Cabaña descubierta en los trabajos arqueológicos. | // FDV

Los trabajos arqueológicos llevados a cabo por un campo de voluntariado, financiado por la Consellería de Política Social y la Dirección Xeral de Xuventude e Voluntariado, confirman la existencia de un milenario poblado fortificado en O Castrillón, en el Concello de Larouco, que data de la Edad de Hierro.

Las actuaciones desarrolladas han permitido acometer diferentes investigaciones arqueológicas y antropológicas en este recinto, así como varias acciones de mejora ambiental. El sondeo, realizado por técnicos de la cooperativa Xeitura con la colaboración de voluntarios llegados de diferentes partes de España, permitió identificar dos nuevas cabañas angulares, que se suman a la descubierta el pasado otoño, cuya datación por Carbono-14 confirmó su existencia hace dos mil años.

Desde el Concello pretenden seguir apostando por la recuperación del lugar con la colaboración de la Dirección Xeral de Patrimonio y promover visitas guiadas al yacimiento para mejorar su reconocimiento social y convertirlo, junto con la oferta enológica, en uno de los reclamos del municipio. Y es que O Castrillón emerge prominente entre los ríos Xares y Bibei en un entorno de alto valor natural, dentro de la Rede Natura, Zona de Especial Protección de Valores Naturales y en una Área de Especial Interés Paisajístico, lo que sin duda actuaría de reclamo para que casi una decena de jóvenes de toda España acudieran al primer campo de voluntariado “Castrillón” que se desarrolló desde el 3 de julio hasta esta semana. El ambientólogo de Xeitura y director del campo de voluntariado, Raúl Fernández, indica que “en el campamento participó gente llegada de Sevilla, Zaragoza o Soria pero también de diferentes partes de Galicia. Vinieron en parte fascinados por la hermosura del cañón del río Bibei y el Macizo Central. Por eso gran parte del trabajo se centró en reconocer el valor natural del sitio y contribuir a su conservación”.

Entre las actividades realizadas están la instalación de cajas nido para ayudar a la cría de aves como medida indirecta contra la avispa velutina o la limpieza y recuperación de un sendero para visitar el yacimiento. En paralelo, el equipo de arqueología realizó un sondeo de un metro y medio de ancho por cinco de largo que permitiría identificar dos nuevas cabañas angulares, que se suman a la descubierta en otoño. En este caso no fueron realizadas analíticas pero según el director de la intervención, Martiño Xosé Vázquez, todas responden al mismo momento constructivo. “La estratigrafía nos sigue hablando de un único momento de ocupación datado al final de la Edad de Hierro”, señala.

La alcaldesa del Concello, Patricia Lamela, como promotor de las excavaciones y del campo de trabajo, insiste en que “los resultados siguen confirmando que tenemos un recurso de incalculable valor histórico pero también patrimonial para ayudarnos a dinamizar el territorio”. Y advierte que ya está en trámites para conseguir más financiación autonómica con la que ampliar el área excavada y adaptarla para visitantes.

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