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Una vista de un sector del polígono industrial de San Cibrao das Viñas, motor de la provincia. // IÑAKI OSORIO

La brecha económica entre Ourense y Galicia creció este siglo y expertos urgen modificar el gasto público

Dotar infraestructuras “coherentes”, servicios “accesibles y de calidad” y facilitar el emprendimiento, medidas señaladas como las “más significativas para reducir los efectos de las limitaciones estructurales de la provincia”

Con una pérdida incesante de población –cuarenta mil habitantes menos en los últimos veinte años, y pocos miles más de residentes en una provincia con 7.273 kilómetros cuadrados y 92 municipios que en la ciudad de Vigo–, con la edad media más elevada de España –junto a Zamora– y con la tasa de actividad más baja de todo el país, la divergencia de Ourense con respecto al conjunto de Galicia ha aumentado en lo que llevamos de siglo.

Así lo expone un análisis sobre el periodo 2000-2018, previo por tanto a la crisis socioeconómica derivada de la pandemia de COVID, publicado en la Revista Galega de Economía. El artículo, firmado por los expertos Manuel Octavio del Campo Villares (Universidade de A Coruña, Área de Economía Aplicada), Eladio Jardón Ferreiro (Instituto Internacional de Marketing y Comunicación, con sede en México), y Francisco Jesús Ferreiro Seoane (Departamento de Economía Aplicada de la Universidade de Santiago de Compostela), estudia los desequilibrios entre la provincia y la comunidad, y en particular la evolución socioeconómica de Ourense dentro de Galicia, analizando la convergencia socioeconómica entre ambos territorios.

“Poca capacidad de atracción”

Los autores concluyen que “Ourense no convergió en términos socioeconómicos respecto de la media de Galicia” durante ese periodo que marca el inicio del siglo XXI. “Ninguna variable macroeconómica analizada presenta un estadístico de convergencia positivo”, advierte el análisis, que tuvo en cuenta las variables socioeconómicas más relevantes en clave demográfica, económica, productiva o social, utilizando series de datos del IGE como principal fuente estadística.

“Los resultados revelan que, en el período 2000-2018, la brecha en términos de renta disponible y producción por habitante creció en perjuicio de la provincia ourensana, por su escasa capacidad de atracción humana”. Ven necesario “elaborar un plan integral que visualice las ventajas competitivas provinciales, siendo las políticas de gasto público las más efectivas a este respecto”.

Tan solo el desempleo “converge, no así la actividad y la ocupación”, indican los autores. La tasa de paro en Ourense, según la EPA del primer trimestre de este año, se sitúa en el 11,63%, y en el conjunto de Galicia la cifra llega al 13%. “Si se desglosa el estudio de la convergencia/divergencia mostrada tanto por la renta disponible per cápita como el PIB por habitante, vemos que fue la productividad laboral la que permitió que la divergencia no aumentase más”, señala el artículo especializado.

El Paseo, la calle más comercial, ha perdido negocios por la crisis del COVID. // IÑAKI OSORIO

En el apartado de conclusiones, los especialistas hacen hincapié en “la urgencia de adoptar medidas organizadas dentro de un plan estratégico provincial que recoja la caracterización del medio geodemográfico y socioeconómico diferencial de Ourense. En consecuencia, y respecto de la cuestión suscitada sobre la forma más eficaz de distribuir la inversión pública, esta sería allí donde se maximizasen las ventajas competitivas”.

Una acción pública “más eficaz”

Los autores del estudio indican que es la iniciativa pública la que tiene “un mayor impacto para igualar el nivel de vida de los ciudadanos mediante su disposición de renta”. En esta línea, consideran que “las políticas de gasto público son las que más urge modificar”. El nivel de convergencia observado para la actuación pública “es negativo”, lo que a criterio de estos investigadores “exige una acción pública más consistente y eficaz que la llevada a cabo hasta la fecha. Los agentes públicos son quienes más capacidad tienen para alcanzar la convergencia, pero también los que más camino tienen por andar, especialmente en las políticas de gasto público, donde destaca el gasto en sanidad, en la tercera edad y en el empleo público municipal”.

El sector privado, por la estructura particular de Ourense, “tiene una baja influencia por su reducido tamaño y, consecuentemente, por su escasa globalización, que se percibe especialmente en su estructura sociolaboral”, refleja el artículo, que ha sido publicado recientemente en la Revista Galega de Economía.

Servicios escasos y costosos

Ourense presenta factores que la diferencian de otras áreas de Galicia como son “su baja urbanidad, su carácter de interior y una alta dependencia productiva del sector primario, unida a una máxima dependencia pública laboral”, por la gran cantidad de personas que perciben una pensión, más de 106.000, un tercio de la población.

En la capital de Ourense residen 105.000 de los 305.000 habitantes de la provincia, el 34,2% del total, y solo 5 de los 92 municipios superan los 10.000 habitantes. “Esta dispersión micropoblacional está ligada a la caracterización de su actividad productiva y de su geografía, con un extenso sector primario de baja tecnificación, una escasa dotación de servicios públicos en territorios de gran dispersión poblacional, unida a unos servicios escasamente cohesionados y altamente costosos. Todo ello hace que los esfuerzos individuales e institucionales apenas consigan mantener una población con una demanda de subsistencia en gran parte de la provincia”, señalan los firmantes.

Una vivienda abandonada en el rural de Ourense. // BRAIS LORENZO

Como propuestas de actuación para reducir la brecha entre Ourense y el conjunto de Galicia, Villares, Jardón y Ferreiro subrayan que “las medidas detectadas como más significativas para reducir los efectos de las limitaciones estructurales de la provincia” fueron, por un lado, “unas óptimas condiciones de habitabilidad: servicios accesibles, suficientes y de calidad, destacando el área sanitaria y la administrativa”.

También es relevante dotar “infraestructuras coherentes con la estructura socioeconómica y con el entorno geográfico”, así como la llamada “liberalidad burocrática”, que se traduce en “facilidad para emprender y ampliar la base económica”. Como cuarta medida de interés, los autores aluden a “una acción de marketing territorial integral adecuada al hábitat de referencia”, desde el punto de vista del medio económico, los recursos naturales y las condiciones medioambientales.

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