El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, que va a introducir el 3 de mayo el sistema de control telemático de la jornada laboral de los funcionarios del Concello, reconoce personalmente en sus redes que, antes de aplicar esta medida drástica se ocupó de e vigilar a primera hora de la mañana in situ uno de los servicios donde “sospechaba que había absentismo-escaqueo laboral”.

En un relato en primera persona y con tintes de documental, Pérez Jácome explica que sospechaba que algunos funcionarios, “os menos” aclara luego, no cumplen su jornada laboral, pues el horario es de 37,5 horas semanales y para ello tendrían que estar antes de las 8 y salir pasadas las 15 horas.

Así que se puso manos a la obra “y me desplacé a ese edificio del Concello para inspeccionar in situ un supuesto caso de absentismo laboral y mi sorpresa fue que al llegar al lugar, a las 8.10 horas, la planta entera del edificio estaba a oscuras, y de 10 trabajadores del departamento no había llegado ninguno”, relata.

“Es decir, había un 100% de ausencias. Paulatinamente (de 8.35 a 9.15) fueron apareciendo, tan panchos, por su puesto laboral”, explica, reconociendo que se quedó para comprobar personalmente el desenlace de los hechos.

Obviamente, la responsabilidad de estos trabajadores es de la jefa de servicio, jefa que por supuesto tampoco estaba en su puesto, así que ayer volví a recordar a todos los jefes de servicio del Concello la obligación de control horario, y anuncié que se harán controles aleatorios para asegurar que se cumplen las 37,5 horas semanales.

A partir del 3 de mayo el control horario del Concello de Ourense dejará de ser manual y pasará a ser telemático “y no se gastarán los 80.000 € que PSOE y PP tenían previsto, y no ejecutaron”, afirma el alcalde, pues lo hicieron técnicos del centro de Inteligencia Artificial del Concello asegura.