La hostelería y el turismo han vuelto a revivir en Ourense esta Semana Santa, especialmente ayer, gracias al regreso de unas buenas temperaturas, con máximas de hasta 23 grados en la ciudad, lo que cambió la postal urbana de los últimos meses en un auténtico “sábado de gloria” para la hostelería, que llenó terrazas en horas punta en toda la zona centro, en especial en el casco viejo y en las calles de los vinos. También en algunos locales históricos de restauración de la calle San Miguel podía verse incluso colas de personas esperando para tener una mesa libre para comer.
Aún así a pesar de ese movimiento de turistas y viandantes en las calles desde el comercio local se miraba con cautela las ventas pues según algunos comerciantes “vemos que hay mucha más gente y sobre todo turismo de otras provincias galleras, pero no hay esa alegría para comprar, hay que tener paciencia y seguir esperando, que tener paciencia, todavía no entran a comprar recuerdos y regalos como antes”, indicaban desde la tienda de recuerdos y artesanía de As Burgas.
Sin termalismo "un mazazo"
Los comerciantes insisten en que el cierre de la piscina de As Burgas, uno de los reclamos antes de la pandemia por su gratuidad y la ubicación en la zona histórica por excelencia de la ciudad, ha sido “un mazazo” para el turismo.
De hecho algunos visitantes se paraban a hacer fotos ante el vaso vacío de la piscina de As Burgas, pues desconocían que se mantenía cerradas esta Semana Santa. Fuentes del Concello ya señalaron que la apertura de termas y piscina de As Burgas se hará este verano posiblemente y en el caso de las pozas, tendrá que ir seguida de otro modelo sanitario para cumplir la ley en vigor.
Pero el de ayer era sobre todo un turismo mayoritariamente de interior, como reconocía alguno de los operarios del tren turístico, que recorre la ciudad pero que, pese a su nombre , “Tren das Termas”, no puede ofrecer a los turistas uno de sus principales reclamos, las pozas termales de las riberas del Miño que siguen cerradas al público desde el 14 de marzo de 2020.
Pontevedra, A Coruña, Lugo, y algún acento que n o era gallego pero que muestra que no han faltado turistas de otras regiones que se han “colado” pese a la prohibición perimetral de entrar o salir de Galicia, al menos en coche, fueron “el pequeño respiro”, señalaban algunos hosteleros, que pese a tener que respetar las distancias y los aforos, pudieron ver algo de movimiento después de meses difíciles.
No obstante también eran muchos los establecimientos que decidieron cerrar el sábado, salvo la mayoría de las franquicias de la calle del Paseo y centro comercial Ponte Vella, pues entendían que no les compensaba, sobre todo al pequeño comercio reabrir por unas horas en especial fuera de la zona centro.
Oasis climático
El tiempo fue ayer el mejor aliado para las decenas de personas que se paseaban por las cales de Ourense, por su l casco viejo y sobre todo que habían conseguido de nuevo devolver el bullicio a la zona de vinos. De hecho en la ciudad el sol y temperaturas que rondaron los 23 grados, animaron a muchos a disfrutar, tras un Viernes Santo marcado por la lluvia, de modo que, de no haber COVID, la procesión del Santo Entierro, es posible que hubiera tenido que celebrarse de nuevo bajo techo en la Catedral a causa de la lluvia, El tiempo no animó solo la visita a la ciudad, sino que los puntos turísticos y balnearios de la provincia tuvieron una “aceptable” respuesta, según y en concellos como Arnoia y Leiro se registraron máximas absolutas que rozaron ayer los 26 y lo 25 grados respectivamente.
Fue también continua la visita de turistas y fieles en general a la Catedral de Ourense este sábado, puesto que hasta ayer se exponían también algunos de los pasos que no pudieron salir el Viernes Santo al no celebrarse la Procesión del Santo Entierro. Hoy Pascua de Resurrección, a las 12 Misa de Pascua en la Catedral, presidida por el Obispo y con la tradicional bendición papal. Queda también la opcón de ver la misa en "streaming" a través del Facebook Diócesis de Ourense
