Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Os Peares, otra vez en la encrucijada

Vecinos de Carballedo y A Peroxa señalan los diferentes territorios en Lugo y Ourense que comparte el pueblo de Os Peares. | // IÑAKI OSORIO

“Aquí hay que andar con cuidado porque como des un paso mal dado ya estás en otro ayuntamiento y en otra provincia”. Vicente López, vecino de A Peroxa bromea sobre la compleja geografía del pueblo de Os Peares, que vuelve a complicarles la vida con las restricciones del coronavirus.

Este lugar singular con 60 vecinos empadronados pertenece como núcleo de población al Concello de A Peroxa, pero en la práctica está emplazado en cuatro municipios y dos provincias separados por los ríos Miño, Sil y Búbal: Carballedo y Pantón, en Lugo, y A Peroxa y Nogueira de Ramuín en Ourense.

Todos estrenan hoy el nivel más bajo de restricción, excepto A Peroxa, que se mantiene en el máximo, sin movilidad ni interacción social y con toda su hostelería cerrada. “Tendremos que ir con un metro láser que pite cuando pasemos la línea”, continúa Vicente, que vive en la parte cerrada y no puede cruzar el puente sobre el río Búbal para tomar un café en el bar de su vecino, a escasos 200 metros.

“Somos todos de Os Peares pero nuestro local es el único que puede abrir en 1 kilómetro a la redonda”

decoration

La desescalada gradual que inicia hoy Galicia retuerce todavía más una situación que para los vecinos de Os Peares “es fácil de explicar y a la vez complicado”, en palabras de David Rodríguez, propietario de O Xugo, la cafetería que Vicente ve desde su casa de A Peroxa pero a la que no puede acercarse porque oficialmente se encuentra en Carballedo, Lugo. “Somos todos de Os Peares pero nuestro local es el único que puede abrir en 1 kilómetro a la redonda”, apunta David. La Cantina Estación, el restaurante Acea do Búbal y el mesón Barra tendrán que esperar al menos una semana hasta que se revisen de nuevo los indicadores por municipios y se ajusten los niveles de restricción.

Vecinos de A Peroxa participaron ayer en un cribado masivo para detectar positivos asintomáticos. | // IÑAKI OSORIO

A Peroxa, con 13 casos activos ayer y una incidencia a 14 días superior a 500 contagios por cada cien mil habitantes, permanece en el nivel máximo de limitaciones. Es desde hoy un isla rodeada por concellos con una incidencia por debajo de 250 y que, por lo tanto, entran en el nivel más favorable de la desescalada. Son Carballedo, Pantón, Nogueira de Ramuín, Coles y Vilamarín.

Un consorcio creado en 1999

“Esto ya pasó en la primera ola, el sinsentido de las provincias”, apunta el alcalde, Manuel Seoane, “hay que usar el sentido común, si estás en Carballedo y la famarcia está en A Peroxa, no tienes más remedio que venir igual que vienes para ir al médico”. El regidor sostiene que se debería tener en cuenta el territorio delimitado por el consorcio local de Os Peares que se creó en 1999 precisamente para articular la cooperación de los cuatro ayuntamientos y las dos diputaciones integradas.

A la hora de aplicar restricciones, considera el alcalde, “tendría que entenderse esto como un espacio único”, pero como el territorio tiene entidad municipal la norma se aplica al municipio y no al consorcio. “Son cosas que pasan, A Peroxa tiene 14 parroquias y los contagios están en dos, así que también podrían funcionar las otras doce, pero no se puede desmenuzar tanto. Y también hay que cuidar la salud. Es mejor pasar una semana sin cafés sin con eso conseguimos evitar aunque sea un solo contagio”, reflexiona.

Lo cierto es que nos vecinos de A Peroxa confiaban en poder iniciar hoy la desescalada. “Pero tenemos que resignarnos y esperar que no vengan peores”, apunta Pilar Míguez, empleada de la Cantina de la estación. “Es una situación rara, mis vecinos abren el bar pero yo no puedo. Llega un momento en que ya no entiendo nada, nos tienen el coco comido con estas medidas”, afirma.

Es una situación rara. Mis vecinos abren el bar, pero yo no puedo"

decoration

No es fácil respetar las restricciones de movilidad cuando los límites se entrecruzan por todo el pueblo. “Nosotros somos de A Peroxa y estamos censados allí, pero desde hace tres años que cogimos el negocio vivimos en Carballedo”, explica el propietario de O Xugo, en el lado lucense. “Mi hijo sigue en el colegio de A Peroxa y lo llevo todos los días, mis suegros están a 500 metros, cruzando el río y en teoría no podemos visitarlos”.

La única tienda de ultramarinos

Arturo es otro vecino del lado ourensano que sigue con restricciones, dueño de la única tienda de ultramarinos en la zona, que reivindica la figura del consorcio como entidad local. “Aquí vienen todos a comprar la fruta, los quesos, todo, no hay otro sitio, pasan de un lado a otro y no pasa nada”, apunta. Recuerda que ya durante la primera ola, “funcionó así”.

La tienda de alimentación funciona pero no la hostelería, que seguirá hoy cerrada y el único bar abierto en la zona, a solo 200 metros del puente, es legalmente inaccesible para los vecinos de A Peroxa. El dueño de O Xugo ya mantuvo su establecimiento abierto durante este período para dar servicio a los trabajadores de la central eléctrica que no pueden traer la comida de casa pero desde hoy ya puede servir en el interior y en terraza, con limitaciones de aforo. “A pesar de la situación hemos tenido bastantes clientes pero con los de A Peroxa ya no contamos y esto nos afecta mucho, la gente tiene miedo pero más a la sanción que al coronavirus”, apunta.

"Esto nos afecta mucho. La gente tiene miedo, pero más a la sanción que al coronavirus"

decoration

Cribado

Ahora toca esperar a que levanten la restricción. Ayer los vecinos de A Peroxa se sometieron a un cribado masivo por PCR para detectar asintomáticos. Fueron convocadas 500 personas, entre ellas también de la parte de Os Peares que no pertenece al municipio pero sí al centro de salud. “Otra rareza de este lugar, si salen positivos en Carballedo, Nogueira o Pantón, contarán como de A Peroxa”, apunta David.

Compartir el artículo

stats