El municipio de Entrimo es el que paga el pato del mal comportamiento social. El concello tiene cero casos activos y se mantiene cerrado perimetralmente por la Xunta de Galicia, desde hace una semana. A mayores de esas restricciones, ahora tiene la frontera cerrada y el ambiente generalizado de tristeza ya invade a los vecinos.
“Es una dificultad más que tenemos que soportar, porque la relación que tenemos nosotros con nuestros vecinos de Portugal es muy cercana, ya que hay servicios que van de Entrimo hacia Portugal, y del territorio luso, hacia el nuestro. Por ejemplo, hay panaderos de Pitoes o puestos ambulantes de alimentación que vienen al concello y ahora para pasar por el municipio tienen que dar una vuelta muy grande, no sé si les compensará venir con estas condiciones”, dice Ramón Alonso, regidor del concello.
Los kilómetros no engañan. Para ir desde cualquier punto del municipio al primer punto abierto durante todo el día tienen que hacer un camino de más de 80 kilómetros. En Verín se sitúa el paso transfronterizo abierto en la provincia que han acordado los gobierno lusos y el español y para ello aquellos que quieran ir del concello ourensano a Portugal tienen que gastar una hora y quince minutos. Situación similar la que tienen si miran al otro lado del mapa.
Más de una hora de viaje
El paso de Tui se encuentra a más de 70 km, pasando por territorio luso, pero para dichos pasos entre la frontera están cerrados por culpa de la situación epidemiológica, tanto de Galicia como en Portugal. Entonces, para hacer ese trayecto, tienen que deshacer el camino hasta la capital ourensana y ahí coger la autovía hasta Vigo con el inconveniente del desvío en el túnel de A Cañiza, tras el último suceso donde ardió un camión.
“Todas las posibilidades que analizas, tanto para el sector productivo, como para empleados o trabajadores son difíciles, porque gastan tiempo y dinero”, señala el regidor. Todo en un escenario, donde Entrimo no tiene registro de casos positivos desde el 14 de enero. Una situación particular que el comité clínico debería analizar en su reunión de hoy, ya que el escenario de la Galicia urbana y la rural difiere en muchos casos de la situación general .
El regidor manifiesta que “nosotros tenemos dos pasos por carretera que están cerrados, pero, aunque no tenga constancia de nadie que lo haya hecho, seguro que hay gente que pasa por los antiguos caminos o senderos, porque se pierde mucho tiempo en los trayectos”. Una particularidad que afecta a algunos concellos de la raia seca, con especial atención al de Entrimo por su singularidad epidemiológica.
“Quimio para todos, sea catarro o cáncer”
El regidor de Entrimo, Ramón Alonso, es crítico con el gobierno de la Xunta de Galicia por las medidas adoptadas como lo son algunos alcaldes de los siete concellos que todavía se mantienen sin registrar ningún caso. El alcalde dice que “es una incomprensión la que tenemos en estos momentos, porque nosotros nos vemos perjudicados por las decisiones colectivas que se adoptaron. Desde el gobierno dicen que el comité mira el caso de cada concello en particular, pero no debe ser así”. Desde el 14 de enero no registran casos y la situación económica no ayuda a los negocios del rural. El regidor dice que “es una cosa difícil que nosotros no podamos abrir la biblioteca o tener abierta la hostelería con la situación que tenemos. Es una forma de aplicar quimio para todos, sea catarro o cáncer. Las medidas no guardan la proporción”. La situación en Entrimo es buena, pero el regidor quiere recordar a sus vecinos que ya tuvieron momentos difíciles con alta incidencia y hasta 18 casos activos. Por lo que pide que se sigan aplicando las medidas y se cumpla con la protección y prevención.
Ponte Barxas, seis metros clandestinos para pasar la frontera
La orografía de la raia seca tiene puertas desde la frontera ourensana a la lusa y viceversa que, en algunos casos, son caminos más breves que las puertas transfronterizas abiertas que mantienen los cuerpos y fuerzas de seguridad en alta vigilancia por la grave situación epidemiológica que tiene Portugal.
En Ponte Barxas, en el municipio de Padrenda, existe un puente de seis metros de largo y cuatro de alto por encima del río Troncoso que sirve de paso a la frontera lusa y viceversa. Es un paso particular. Ningún vecino quiere salir por la dificultad que le resulta, pero hay muchos ourensanos que trabajan en el pueblo de Melgaço y viceversa. Para ir por los pasos fronterizos abiertos durante todo el día tendrían que consumir tiempo y economía.
Tendrían que dar un rodeo hasta el paso de Verín a casi una hora y media de distancia y para ir al de Tui gastarían más de una hora y cuarto. Las autoridades abren durante ciertas horas del día otros pasos transfronterizos, pero la problemática surge si esos horarios se adecuan a los horarios laborales organizados desde las empresas o centros de trabajo. Varios trabajadores pasan por la pasarela para economizar el viaje de tener que desplazarse a otros puntos más lejanos y también por una cuestión de rutina.
Son varios los empleados que a lo largo de una jornada utilizan esta vía, que no solamente se extiende en este minipuente transfronterizo, si no que existe en más concellos de la raia seca. Caminos, senderos y montes que son utilizados diariamente para llegar al lugar de trabajo, hacer recados en los núcleos urbanos y rurales a ambos lados de la raia. En el anterior cierre de la frontera en primavera, ya pasaron y ahora lo vuelven a hacer: “Solo pasamos para ir a trabajar, nada más”.
