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Urgencias prepara su expansión al Cristal para hacer frente a la “catástrofe sanitaria”

Ambulancias en la entrada de Urgencias del CHUO, ayer. IÑAKI OSORIO

“Estamos en una situación de catástrofe sanitaria. Así de claro se le puede llamar”. El jefe de Urgencias del CHUO, Francisco Aramburu, señala que lo que se está viviendo estos días en el servicio no tiene precedentes. “En 32 años de trabajo en Urgencias he vivido varias epidemias de gripe pero esto nunca había pasado”, afirma.

El incremento desorbitado de los contagios en la provincia ha disparado la llegada de pacientes al servicio de Urgencias y tiene su impacto en la presión asistencial, que se encuentra al límite. Los datos ofrecidos ayer por el Sergas elevan a 2.980 las infecciones activas en el conjunto del área sanitaria y 2.794 son pacientes que están aislados en su domicilio. Otros 186 requieren hospitalización y de ellos 14 están en la UCI. La carga que soporta el sistema sanitario en Ourense es similar al que sufrió en los peores momentos de la primera ola, excepto en la unidad de críticos, que llegó a tener 22 pacientes a mediados de abril.

La última actualización de los datos revela un aumento de 10 camas ocupadas por pacientes COVID en 24 horas y la tendencia seguirá al alza en los próximos días ya que el impacto de las nuevas restricciones que ayer entraron en vigor en toda Galicia no empezará a notarse hasta febrero. “No vemos la salida del túnel”, apunta Aramburu, que sitúa en torno al 10 de febrero la fecha en la que la situación podría empezar a revertir.

Pero por ahora, el volumen de pacientes que entra por Urgencias no deja de crecer y el servicio ya acusa un grave problema de espacio. Este martes, detalla el jefe del servicio, atendieron a 200 pacientes y el 26% presentaba patologías respiratorias. “Es una cifra muy alta, en la primera ola no superamos el 20% y en la segunda el 15%”, explica.

Casi el 30% de las urgencias son respiratorias y el 40% comunes

Por suerte, la ausencia de gripe este año debido al alto porcentaje de población vacunada y el uso de la mascarilla ha evitado un escenario todavía peor. Aún así, la patología respiratoria ocupa prácticamente todos los boxes de Urgencias. Como ejemplo de una situación que se repite diariamente, Aramburu ofrece los datos de este martes. De los 53 pacientes que entraron con dolencia respiratoria, 28 eran casos confirmados de COVID, 18 de ellos ya diagnosticados y aislados en sus domicilios. “Son personas que empeoran y esto es preocupante porque con más de 2.700 pacientes en casa, con que el 10% venga a Urgencias la demanda va a ser bastante difícil de llevar”, alerta.

El escenario es complejo y esta misma semana personal de enfermería del servicio denunció el caos organizativo en la unidad, con pacientes COVID o sospechosos que compartían sala de espera antes de entrar a boxes. Ayer mismo, el sindicato Prosagap alertó de la “desorganización” del servicio, la falta de espacio físico y recursos, y pidió la dimisión del gerente del área sanitaria, Félix Rubial.

En relación a esto, Aramburu explicó ayer que en las últimas 24 horas se realizó una reestructuración del servicio para establecer circuitos seguros habilitando las tres salas de espera -que por las nuevas restricciones no pueden ser ocupadas por familiares- para dividir a los pacientes por COVID confirmado, sospecha y patología común. Asimismo, desde ayer realizan test de antígenos a los pacientes con patología grave o pluripatología y no solo a los que presentan sintomatología compatible. “Así se distingue rápidamente para los circuitos y nos da cierta seguridad porque evitamos que se mezclen unos con otros”.

Además, avanza que ya preparan la expansión a las antiguas dependencias de Urgencias en el hospital Cristal (ocupadas hoy por las consultas de Traumatología) para ganar espacio. “Hace 12 años que no están las urgencias allí pero estamos pensando en derivar las patologías comunes (el 40% de las entradas) para reservar el actual espacio únicamente a los casos COVID y aquellos que pueden ser sospechosos”, indicó.

  • Francisco Aramburu
    Jefe de de urgencias del chuo

    “Esto no es ninguna broma; estamos viendo personas jóvenes con neumonías bilaterales muy importantes”

Esta alternativa figura en la fase tres del protocolo para la catástrofe sanitaria elaborado por el servicio de Urgencias al inicio de la pandemia pero no fue necesario llegar a ella ni en la primera ni en la segunda ola porque la situación no llegó a sobrepasar la segunda fase. “Ahora mismo estamos en la tres, hemos expandido la patología común a la zona de observación pero esto no es sostenible por mucho tiempo”, explica.

Habilitar las viejas Urgencias supone avanzar en el protocolo pero llegar más allá, advierte Aramburu, “significaría que ya no tenemos capacidad en Urgencias y habría que habilitar otras medidas extraordinarias”.

Para evitar llegar a esa situación pide la colaboración ciudadana. “Estamos en el momento de transmisión comunitaria, el virus no se mueve solo, la población tiene que concienciarse de que esto es una catástrofe sanitaria que tiene consecuencias muy graves. No solo vemos personas mayores de 80 años en Urgencias, estamos viendo pacientes jóvenes con neumonías bilaterales muy importantes, por lo tanto esto no es ninguna broma”, advierte. Urge frenar los contagios y pide a la población “trabajar, ir al colegio, a la compra o la farmacia, y para casa, no se puede hacer más”.

“No se puede venir a Urgencias por un dolor de muelas”

El problema de las Urgencias del CHUO no es solo de espacio, sino también de personal. El jefe del servicio, Francisco Aramburu, advierte de la dificultad que tienen para poder contratar. “En Enfermería es muy difícil de conseguir pero aún tiene una reserva, pero no tenemos forma de contratar más médicos porque no hay facultativos sin trabajar. Tenemos que cubrirnos entre nosotros y es un problema serio”, apunta. Dada la situación actual, han tenido que reforzar médicos en los turnos de mañana y tarde. “Y esa carga de trabajo va sobre los médicos, haciendo más horas de las que tienen que hacer. Por eso estamos en una situación de agotamiento importante, psicológica y físicamente, porque llevamos un año con una situación muy complicada y esta es una nueva vuelta de tuerca”. En esta situación, pide a la población que deje de acudir a Urgencias por patologías banales que, afirma, representan el 30% de las entradas. “Son 60 pacientes que tenemos que atender al día que podrían ir por Atención Primaria. Se ha perdido el miedo de la primera ola y vienen por un dolor de muelas o de rodillas y eso no puede ser”, concluye.

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