“Las almejas están carísimas, yo se las llevo a mi hijo porque son lo único de todo el marisco que le gusta y vengo a buscarlas aquí por su calidad, pero está caro el marisco, está”. Es la impresión de una compradora que sale con una bolsa de la Plaza de Abastos Nº1 de Ourense con almejas solamente. Al entrar los puertos cárnicos tienen el mismo volumen de gente que las pescaderías. “En Ourense no somos de carne o marisco, aquí es raro que en una mesa, sobre todo en estas épocas navideñas, no haya un primero de marisco y después una carne o pescado a elegir. El volumen de ventas de marisco o pescado, andará igual más o menos”, dice el presidente Emilio González “Milucho”.

La pandemia afecta a los mercados y las compras. Miedo, incertidumbre y falta de ingresos están a la orden del día, pero en la Plaza de Abastos se muestran satisfechos con el volumen de venta de este último semestre. Tras el confinamiento se han visto más compradores. La Pescadería Luis Fontenla explica que “aquí somos todos como vecinos, nos conocemos todos, y este año sí que se vio un incremento de gente que no veías otros años”. Sobre lo elevado del precio del marisco al que aludía una compradora, el gerente explica que “es que este año hubo mal tiempo y no se pudieron obtener todos los productos que se quisieron. Entonces por eso sí que está un poco más caro todo”. Desvela el precio de las vieiras 12 euros por kilo, el de los langostinos 13, el de las almejas babosas 38 y el de las cigalas 55 por kilo. Buen producto y calidad en una plaza de abastos que nota que los productos más demandados son el cordero, el cabrito en las carnicerías y las almejas y las cigalas en las pescaderías. El producto está servido, ahora solo falta la mesa puesta.

“Un hijo viene a comprar para sus padres o sus abuelos”

La pandemia hizo que el ansia del consumismo se redujera a las plataformas digitales, pero con el confinamiento el comercio de proximidad gana terreno aunque a una velocidad reducida. Los partidos políticos, autoridades y la sociedad ourensana está conciencia con la importancia del pequeño comercio y el volumen de la Plaza se incrementa, aunque paulatinamente. Emilio Rodríguez, presidente de los placeros, describe que “estamos moderadamente satisfechos, sí que es cierto que hay un pequeño porcentaje menos que otros años, pero no nos imaginábamos este volumen de ventas por culpa de la pandemia”. La concienciación sobre el contagio está a la orden del día y familiares buscan la forma de comprar para diversos familiares. Ante esto, una dependienta de una carnicería explicaba que “ves a mucha gente que viene a comprar para sus padres o abuelos. Es decir, compran más porque son encargos y así las personas más vulnerables no se exponen tanto a un posible contagio”.