Más de ciento veinte locales comerciales están esperando un empresario que los alquile en el casco histórico de Ourense, y otro medio centenar en venta, y a precios en ambos casos de autentico saldo pues oscila entre alquileres de 250 euros al mes y que en función de la superficie están por debajo de los 3 euros el metro cuadrado, hasta locales en venta, algunos incluso antiguas cafeterías habilitadas como tal en su interior, por 50.000 euros.
Si el precio medio de un bajo comercial en el casco histórico era de 7 euros el metro cuadrado en marzo de este año, según el estudio presentado por la Federación de Empresas Inmobiliarias de Galicia, a tenor de las actuales anuncios de las inmobiliarias locales y nacionales, que incluyen apartados dedicados a la compra venta en Ourense, los precios según las cales siguen cayendo.
El precio medio se sitúa en los 5 euro el metro cuadrado en los alquileres y los precios de venta sin embargo oscilan entre los 35.000 de un pequeño local de zapatero hasta los 350.000 para algún restaurante icónico y ahora en venta en la Praza do Trigo.
Hay zonas “vip” donde pandemias aparte, la hostelería y el comercio resiste, como Santo Domingo y Lamas Carvajal, y zonas cero como la que comprende el je de rúa Villar, hace unos años corazón de comercio del casco viejo hasta el entorno del Posío y las adyacentes a la zona de marcha nocturna como calle de la Luna que incluyen los precios más bajos el alquiler o venta de los bajos comerciales.
Los comerciantes que ha apostado por un comicio personalizado en el gremio de las jugueterías, artesanía o tiendas de alimentación gourmet que sobreviven en ejes de la Plaza Mayor al Posío especialmente en calle Colón y su entorno, llevan años solicitando un plan de choque, que incluya no solo las necesarias ayudas y subvenciones para reforma y apertura de nuevos comercios, sino una restauración decidida en la zona.
Pequeñas tiendas de alimentación y toda la variada oferta de textil, calzado, ropa del hogar, incluida algún kiosco y pequeñas librerías que eran el santo y seña de la dinámica calle Villar , han desaparecido paulatinamente y la asociación vecinal calcula que ya cerró el 80% de los establecimientos de esta arteria marcadamente. Muchas como sastrerías a medida, tahonas, tiendas de ropa y calzado, el signo de una calle especializada sobre todo en textil han cerrado no solo por jubilación, sino debido a la desaparición de esos modelos de negocio. Según los pocos comerciantes que quedan en la zona entre ellos alguna ropa y accesorios para bebés, una ferretería, tienda vintage, siguen adelante pese a que la pandemia no ha hecho sino acelerar un proceso de cierre.
Lamentan que pese a su proximidad al reclamo turístico de As Burgas el cierre de la piscina termal y del centro de Interpretación haya agudizado la caída de clientes.
Del parón actual da cuenta precios de venta como los 50,000 euros por una cafetería en la zona del Paseo lindando con el casco viejo, un local cuyo interior aparece ya habilitado con mostrador mesas y sillas y que permite además la instalación de 15 veladores.
Todo se vende o alquila en las calles del casco viejo que suman años sin proyectos públicos de dinamización de la zona. Eso ha provocado precios de liquidación, como el de un conocido pub que ahora se alquila en Hernán Cortés a razón de 1,7 euros el metro cuadrado.
