Álvaro López Ratón, portero del Real Zaragoza -club de Segunda División al que pertenece desde 2016-, natural de O Carballiño y de 27 años, se enfrenta desde ayer a un juicio en Ourense por una acusación de presunta agresión sexual que él niega pero la víctima ratifica. La vista, en un principio programada solo para ayer, finaliza hoy con una última declaración pericial y el turno de conclusiones de la fiscal, el abogado de la acusación particular y la defensa. El futbolista profesional no quiso hacer declaraciones a la prensa.

En el juicio, que se celebra a puerta cerrada, negó los hechos, como ya hizo tras su detención por parte de la Guardia Civil en 2018, una vez que la víctima presentó denuncia por unos hechos de San Juan de ese año. La Fiscalía solicita inicialmente -en la sesión final de hoy decidirá si mantiene o modifica la calificación así como la petición de penas- una condena de 2 años de prisión, 5 de alejamiento -a una distancia mínima de 500 metros- más una indemnización de 9.690 euros. La acusación particular eleva la petición a 4 años de cárcel y a más de 18.000 euros. La defensa persigue la libre absolución.

Antonio Gea, abogado de Murcia, ejerció ayer de portavoz del futbolista, manifestando en un receso que López Ratón negó los hechos en la sala y que la declaración de la víctima contiene -según su versión- "contradicciones que ya se apreciaron cuando presentó denuncia y que ahora se ven ratificadas".

Sobre las 6 de la madrugada del 24 de junio, el futbolista, que se encontraba celebrando San Juan en su villa de origen, coincidió con la mujer en un pub del barrio de Flores. Ella presentó denuncia cinco días después en el cuartel de la Guardia Civil. Según su versión, tras una breve conversación, la agarró fuertemente por el brazo y la llevó hasta una esquina de un callejón sin salida y con escasa visibilidad, situado en la parte trasera del local. Allí, según relata la Fiscalía en su escrito de acusación, presuntamente "le insistió en mantener relaciones" y ante la negativa de ella la zarandeó y empujó contra una pared, golpeándose la víctima contra un banco de piedra.

El ministerio público sostiene que "besó a la víctima en contra de su voluntad, le metió la mano por dentro de las bragas y él se bajó los pantalones". La víctima reiteró su negativa y el acusado presuntamente la llamó "zorra" antes de marcharse. La mujer se fue a casa y presentó denuncia el 29 de junio. Le han quedado secuelas psicológicas, según el informe del forense, que también refleja que sufrió policontusiones por la agresión.

"Los valores que me inculcaron mis padres sobre el respeto y la educación a las personas me han valido para superar las diferentes adversidades que uno afronta. Tengo plena confianza en que se resuelva en la mayor brevedad posible y pueda dar por cerrado este capítulo", dijo López Ratón en su perfil de la red social Twitter, en julio de 2018, cuando trascendió el caso después de la denuncia y su inmediata detención. La magistrada del Penal 1 de Ourense decidirá.