"No damos abasto; tendrán que esperar", responde a un posible cliente Manuel Pérez, un autónomo que realiza obras de albañilería y construcción en la ciudad y municipios de su periferia. La razón de su lista de espera es la misma que ha conseguido en los últimos meses que muchas pequeñas empresas de construcción, fontaneros, electricistas y otros empiecen a ver la luz, gracias a las peticiones de obra de mejora, de obras rápidas de viviendas que estaban olvidadas en el pueblo. El motivo, tener un plan "b" , menos asfixiante para vivir, si el repunte del Covid-19 obliga a una nueva cuarentena. "Muchos me dicen que quieren tenerlas reformadas para eso", explica Manuel.

Los alcaldes y concejales de Urbanismo de concellos como Pereiro de Aguiar, Barbadás y San Cibrao das Viñas, y sobre todo los inmobiliarios, llevan meses viendo un repunte que, más allá del afán por vivir en el rural que despertó la pandemia, "si que se centra ahora en muchos casos no solo en comprar o construir vivienda nueva también nos piden muchas licencias para reformas de pisos y casas", explica el alcalde de Barbadás, Xosé Carlos Valcárcel.

La Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias detectó ya tras el confinamiento un aumento de solicitudes "de viviendas unifamiliares con piscina y parcela en el extrarradio de las ciudades o pisos más amplios, soleados y con terraza en la periferia".

Pero ahora también ven ese repunte de otra modalidad, la de restauración de esas viviendas que muchas familias habían heredado en el rural y a las que nadie hizo caso hasta ahora.

En Ourense hay unas 65.000 vivienda vacías y más del 70% de las mismas están en concellos de menos de 5.000 habitantes que son mayoría en la provincia. También en esos pequeños concellos ha despegado la reforma como detectan en varios núcleos de A Limia, y ha habido lleno de emigrantes que se fueron a pasar el verano en un año atípico y movieron la economía local con reformas y compras.

"Es cierto que muchos pequeños empresarios de nuestra zona nos han comentado que están generando trabajo con las reformas de casas y de pisos y nos llegan muchas peticiones de licencia al Concello de Barbadás", explica el alcalde, Xosé Carlos Valcárcel.

La concejala de Urbanismo de ese municipio, Victoria Morenza, reconoce que las peticiones en el caso de Barbadás son estables todo el año y también para vivienda de nueva construcción, aunque hay zonas como Piñor donde apenas queda ya oferta mientras aumenta en otras". Una de ellas, la subida al mítico San Benito.

También destacan puntos del municipio como Barxas, muy próximo a la ciudad, donde conviven en armonía las viviendas de nuevo diseño con las que se restauran, pero sobre todo para vivir durante todo el año.

Para el presidente de Fegein, Benito Iglesias, esta puede ser una nueva oportunidad para paliar "una desidia que se había mantenido hasta hoy con las viviendas vacías en el rural, cuyos propietarios permitían a veces que estas se desmoronasen antes que intentar venderlas o rehabilitarlas".

Entiende el portavoz de los inmobiliarios que "con la rehabilitación en el rural se contribuye a la sostenibilidad del entorno y a fijar de manera decidida y seria población en los ayuntamientos rurales, que están viendo cómo día a día pierden habitantes. Para ello, los ayuntamientos tienen que poner en práctica medidas inteligentes para aglutinar los servicios en núcleos".

Considera que si hay servicios, colegios, comunicaciones, fibra óptica, facilitar el creciente teletrabajo "y es población vendrá para quedarse".