En las dependencias de la Concejalía de Urbanismo todavía queda una maqueta de la idea que el arquitecto británico Norman Foster creó en 2011, llamada "Las Burgas 11-11-11". ¿Qué queda de ese proyecto? Colectivos técnicos del mundo de la arquitectura lo tienen claro: "Nada". Y rectifican: "Bueno sí, la maqueta y la firma de esa maqueta". Las protestas y reivindicaciones sociales sobre "una estación intermodal digna" invitan a analizar el primer proyecto para la estación intermodal comparándolo con el actual que se pretende construir.
La maqueta de madera dibujaba una permeabilidad entre barrios que ahora mismo no existe por la fractura de las vías. El paso de la calles Eulogio Gómez Franqueira y Avenida de Marín se dibujaba como un gran parque abierto donde el color verde gobernaba el ambiente y las infraestructuras cóncavas permitían el paso del barrio de A Ponte al de O Vinteún sin la normalidad de atravesar el callejón actual o dar el rodeo hasta Río Arnoia.
Se definía una estación intermodal como concepto único. Es decir, la estación de autobuses, la infraestructura del tren, el aparcamiento subterráneo y la humanización de la parte superior era un único proyecto donde las piezas cobran un único sentido estructural. En aquel proyecto, también se cubría la playa de vías para provocar una integración total de la ciudadanía y la mejor comunicación entre barrios. La estación se ubicaba más al este que la actual y permitía la continuidad del recorrido de la calle Xesús Pousa hasta o barrio de O Vinteún. También se definía una única infraestructura con varios "departamentos", de forma que una vez dentro de las instalaciones el usuario se podía mover por la estación de autobuses o la de tren de forma diferencial sin salir de la misma sede.
Una movilidad real que planteaba el proyecto del británico y que conceptualizaba en una maqueta -que todavía se muestra- la infraestructura que todos los colectivos técnicos y sociales avalaron con su aceptación. En la actualidad, de ese proyecto solo queda la reivindicación social y técnica de recuperarlo por su impacto social, medioambiantal, económico y turístico, ya que en la actual implantación de la estación intermodal existen tres proyectos perfectamente diferenciados y que desvirtúan la definición de intermodalidad.
El actual proyecto para recibir la llegada de la alta velocidad en Ourense tiene tres bocetos que se diferencian totalmente de la idea inicial. Existe por un lado el aparcamiento subterráneo, por otro la estación de autobuses y por último la estación de tren, que está configurada por el equipo de Foster y que no presenta ninguna similitud con la que se había presentado en el año 2011.
El soterramiento de las vías era una de las premisas que el arquitecto británico marcó para volver a unir los dos barrios después de la fractura que supuso las vías del tren. El actual proyecto mantiene las vías tal y como está provocando la fractura de los dos barrios y aumentando el riesgo de contaminación con el muro de 9 metros que se va a construir en la Avenida de Marín, según describen expertos de la Universidad de Vigo y que, según aconsejan, "es necesario realizar un informe para saber la contaminación que existirá con las estructuras que quieren levantar, porque eso perjudica a todos".
Las obras de la estación de autobuses y del aparcamiento subterráneo ya empezaron y el actual proyecto ya está en marcha, pero desde la plataforma "Tren Digno Ourense" interpelan a los partidos políticos para que se "replantee una infraestructura que va a ser uno de los símbolos de la ciudad y que actualmente, va a ahogar al centro de salud de contaminación y aumentará la brecha entre barrios".
La deriva política
El pleno extraordinario del 8 de enero del 2019 sirve de ejemplo para demostrar la deriva política con la estación intermodal. El entonces portavoz de Democracia Ourensana, Gonzalo Jácome, abogaba por el soterramiento de las vías y la recuperación del diseño inicial de Norman Foster. Ahora, la postura del partido que cogobierna el Concello de Ourense es mutismo ante la idea que defendieron de recuperar el proyecto del arquitecto británico.
El ahora alcalde Pérez Jácome en aquel pleno dijo que "lo que antes era un pendello ahora les vale", para criticar el criterio del PSdeG de Ourense después de la llegada de Sánchez al poder. Con el nuevo gobierno, el posicionamiento socialista era "garantizar la llegada del AVE". Ahora, tras la reivindicación social, los socialistas abogan por recuperar la "intermodalidad total".
El PP tampoco es ajeno a la demanda. Con el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, defendían el soterramiento de las vías, una petición que cambió con la llegada de Mariano Rajoy al Gobierno de España. Precisamente, esta actitud fue criticada por el ahora alcalde a sus compañeros de gobierno en aquel pleno -y en otros tantos-.
El lío en el seno del PSdeG llega con la recuperación de las alegaciones que firmaron en aquel momento Francisco Rodríguez, Agustín Fernández, Marga Martín, Ana Garrido, Demetrio Espinosa, Antonio Vallejo y Aurea Soto para recuperar la estación intermodal. Unas alegaciones que vuelven a requerirse al Ministerio de Fomento para recuperar una "intermodalidad digna", como la primer de Foster.
