La Casa Museo de Otero Pedrayo en Trasalba acogió anoche la presentación del libro "O meu pecado mortal. O voto feminino e máis eu", de Clara Campoamor, coincidiendo con el 88 aniversario de un logro histórico promovido por esta diputada y sufragista, la aprobación del sufragio universal que permitía votar a las mujeres en España. La novedad es que este libro de Galaxia, del que es editora la abogada y activista ourensana Celia Pereira, es su apuesta para poner en el mercado la primera edición en gallego de esta obra clave de Campoamor. Celia Pereira es la autora del magnífico prólogo de esta edición, en el que resume la vida y obra de Clara Campoamor, anexa al contexto histórico del momento. El acto ayer se celebró en Trasalba porque diputados gallegos como Otero Pedrayo hicieron posible con su voto favorable y por ajustada mayoría que en 1931 que las mujeres pudieran votar. Al igual que Ramón Franco, otro sufragista convencido del voto femenino, que su hermano Francisco Franco suprimiría para todos, hombres y mujeres durante 40 años", indica Celia Pereira.
-Sorprende de este prólogo al libro de Clara Campoamor saber que una chica de Malasaña, huérfana de padre y modista por obligación, consigue llegar a abogado, diputada y una de las dos únicas diputadas en 1931.
- Es algo que ya no conocemos los que disfrutamos de una enseñanza pública. Eran tiempos difíciles y su talento y determinación y trabajo consiguió que pudiera estudiar, ejercer la abogacía y más allá de todo eso tuvo colaboración también de algunos hombres que dieron su voto en tiempos difíciles , entre ellos los diputados galeguistas.
-¿Qué diputados gallegos fueron los que lo hicieron posible?
-La votación fue un día 1 de octubre de hace 88 años y el sufragio universal se aprueba por 161 votos y 121 en contra. Muy ajustado. En el libro explicamos los que lo hicieron posible, entre los que estaban gallegos como el propio Pedrayo, Santiago Casares Quiroga, los diputados galeguistas y Ramón Franco, ese con ideas avanzadísimas, adscrito al grupo de Izquierdas Republicanas de Cataluña. Por desgracia falleció en 1938 y su hermano Francisco Franco suprimiría luego durante 40 años el derecho a sufragio de todos los españoles.
-Tres años después en 1933, Clara Campoamor perdía su escaño en parte por un voto femenino de mujeres que en aquel momento estaba "alienadas en el hogar" y al mensaje de las sotanas, señalan.
-Sí pero nunca las criticó sino que comprendió por qué había ocurrido. Era consciente de que aquellas mujeres votaban como los hombres. Eran fruto también de una época.
- Tras la luz llegó el túnel histórico en cuanto a pérdida derechos de toda índole, y máxime de las mujeres .¿Cree que este libro vuelve a ser necesario hoy en día tras la irrupción en el arco parlamentario de fuerzas de extrema derecha?
-Creo que llega en un buen momento. Tiene más sentido hoy que nunca. Con los retrocesos que está habiendo no podemos dar ningún derecho por conquistado. Frivolizamos con cosas que son importantes como la libertad de poder volver a votar. Ese derecho de todos a votar, se produjo hace 88 años, un suspiro en la historia. Luego se volvió a interrumpir todo. Por ello tenemos que tener la consciencia histórica. Aquello tuvo además un costo para Clara Campoamor y para quienes le defendieron.
-¿Era impensable conseguir ese logro en un contexto en el que se aplaudían máximas como "las leyes y las mujeres son para violarlas cuando molestan"?
-Había solo dos mujeres en aquel momento como diputadas, una a favor, y otra en contra del voto femenino con argumentos totalmente misóginos. Fueron los votos de los que dieron de sí y era mayoritariamente los que lo hicieron posible, y duró poco tiempo. Aún quedaban en aquel momento muchos países que pueden ser referente en la actualidad, pero que no habían aprobado el sufragio en aquel momento. Faltaba Francia, Italia, Bélgica, Suiza Portugal. Fue un logro que hace todavía más actual la obra de Clara Campoamor.
