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El Cine Duplex en el momento de su cierre. // R.V.

La resistencia de las salas de cine en el rural

El Novocine de Leiro y el Cine Gesma de Xinzo permanecen tras décadas abiertos

En la provincia de Ourense, las salas de cine que quedan son tres, además de los cineclubes de O Carballiño y Ourense en los que también se proyectan películas. En la capital de la provincia tan solo permanece un cine en el centro comercial Ponte Vella y los otros dos de la provincia resisten en el ámbito rural. El Novocine de Leiro y el Cine Gesma de Xinzo de Limia son dos referentes de la resistencia del séptimo arte en el ámbito rural.

El Cine Gesma de la comarca de A Limia cuenta con veinte años de trayectoria. A lo largo de su vida han tenido que lidiar con épocas buenas y malas de la industria del cine. "Cuando abrimos muy bien, luego empezó a bajar la clientela y pensamos en si cerrar o cambiar para digitalizar las salas. Decidimos digitalizar y la afluencia de gente va por épocas",comenta la propietaria del Cine Gesma, María Alonso. Los meses estivales son prolíferos en la comarca porque hay más gente en la zona rural y el aumento de habitantes jóvenes beneficia a las salas de cine. "Las películas que más taquilla hacen son las familiares", asegura María Alonso.

El Novocine de Leiro se mantuvo tras varios intentos de apertura en la década de los 70. Después de trabajar en los cines García Barbón de Vigo, Ernesto Romero decidió abrir la sala de cine en Leiro junto a su padre en el año 1983. Tras años buenos, el cine decayó en la provincia y la sala se mantuvo en pausa. Con la digitalización, Ernesto decidió abrir de nuevo y aguantó la mala racha por la que pasaba el séptimo arte. "El 3D fue un boom y coincidió con el cierre de las salas de cine de localidades próximas, lo que nos benefició", señala Ernesto Romero.

Los precios en ambos cines de la zona rural tienen un precio único para todas las películas y ofrecen los servicios de palomitas y bebida con los que también reciben ingresos. "El precio de las entradas es a 5 euros siempre y no tenemos día del espectador porque consideramos que los precios son ya de por sí asequibles", afirma Ernesto Romero.

Los gastos de una proyección

Las salas de cine conllevan unos gastos que el público desconoce en su mayoría, las distribuidoras se llevan un porcentaje de la taquilla y cada país exige el pago de determinados impuestos. "El público desconoce los gastos que hay en una sala de cine, no solo es pagar a la SGAE. Hay tres impuestos iguales a la SGAE que se llevan un 5%, entre todos igual suman un 8% de la taquilla. Asimismo, hay otros gastos como la lámpara que ilumina la pantalla que está calculada para 2.500 horas y cuesta mucho dinero", comenta el propietario de Novocine de Leiro. "El cine en el rural es una buena apuesta para el que le gusta el cine y tiene otro empleo. Pero no es para vivir de ello, en un sitio pequeño se hace por amor al arte", destaca la propietaria del Cine Gesma de Xinzo.

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