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Ourense rinde homenaje a Pedro Quevedo en el 200 aniversario de su fallecimiento

La Diputación publica un libro sobre este personaje histórico que fue obispo de Ourense 43 años y regente de España - Durante seis meses se resistió al nombramiento

Manuel Baltar y Jesús de Juana, durante la presentación del libro. // Iñaki Osorio

Ourense rinde homenaje a Pedro Quevedo, obispo de esta diócesis y regente de España, en el 200 aniversario de la fecha de su fallecimiento. Pero Quevedo nació en Villanueva del Fresno (Badajoz), el 12 de enero de 1736 y falleció en Ourense el 28 de marzo de 1818. "Fue obispo de Ourense durante 43 años y cardenal los dos últimos", destacó el presidente de la Diputación, Manuel Baltar, en el acto de presentación del libro D. Pedro Quevedo, obispo de Ourense y regente de España, escrito por el historiador Jesús de Juana. En la portada reproduce la imagen de la apertura de las Cortes de Cádiz, después de que tomaran posesión los diputados.

El autor del volumen, Jesús de Juana, destaca que Pedro Quevedo "colocó a Ourense, a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, en el ámbito nacional e incluso internacional, porque los generales franceses y el propio Napoleón conocían sobradamente los escritos y las actitudes políticas del obispo Quevedo".

Pedro Quevedo "fue la única persona vinculada con Ourense que llegó a jefe del Estado, porque fue regente durante el año 1810, una vez que se disuelve la Junta Nacional y se crea la regencia". El obispo Quevedo "fue nombrado presidente de la regencia, por su fama, por la defensa que había realizado de los valores patrióticos, por el papel que desempeñó en la sublevación contra el francés". De esa forma, Pedro Quevedo "llegó a ser jefe del Estado; llegó a la cúspide de la política española".

Quevedo "fue un hombre de su tiempo, en unos años muy convulsos, no solo desde el punto de vista militar, sino desde el punto de vista también del pensamiento". La Edad Contemporánea en España "nace en estos tiempos. Incluso las dos famosas Españas machadianas, nacen también en estos años. La España liberal y la España conservadora. Luego, a lo largo de las décadas e incluso de los siglos, se va modificando la denominación, pero sigue habiendo un mundo tradicionalista y un mundo progresista".

De Juana explica que durante la Guerra de la Independencia "todo el mundo va a una, tanto los patriotas liberales como los patriotas conservadores; tanto los herederos del Antiguo Régimen, como los que querían una nueva sociedad, basada en las ideas ilustradas y en los inicios de la democracia". Por lo tanto, "nada más terminada la Guerra de la Independencia, una vez que llega Fernando II, ya se inician las dos Españas".

El autor reitera que Pedro Quevedo "es un hijo de su tiempo. Estaba anclado en el Antiguo Régimen. Por eso era absolutista, por eso era reaccionario, por eso tuvo todos los problemas que tuvo con las Cortes, que incluso lo expatriaron, lo echaron del país, de la nación, pero como hombre listo que era, se fue de la nación, pero no de la diócesis de Ourense". Siguió regentando la diócesis desde Tourem, un pueblecito pequeño de Portugal que pertenecía a la diócesis de Ourense. Luego a finales de siglo, cuando se modificaron las fronteras de forma definitiva, pasó a ser ya de la diócesis de Braga.

Pedro Quevedo "tuvo una actividad política impresionante. Firmó el famoso manifiesto de Bayona", explica de Juana. Y agrega: "Los inicios de la revolución en España, empiezan con la negativa a ir a Bayona, donde Napoleón al final aprobó el estatuto de Bayona. Alguien le llama también constitución. Sería la primera constitución. También se llama estatuto real". A partir de ahí mantuvo una actitud jurídica en contra de Napoleón, "dando argumentos jurídicos y patrióticos para que todo el mundo pensara como él, contra el francés".

Jesús de Juana destaca que Pedro Quevedo "fue uno de los más ilustres intelectuales de la época". A los 19 años ya era licenciado en Teología por la Universidad de Avila, a los 21 ya había sacado la plaza de canónigo electoral de Zamora, a los 23 años sacó la de magistral de la catedral de Salamanca. Todo esto antes de ser presbítero. Era diácono, no era todavía sacerdote. Y sacó la plaza de la cátedra de Teología jesuítica a los 23 años. Por lo tanto, "tardaron seis meses en convencerlo para que viniera de Salamanca a Ourense para hacerse cargo de la diócesis". De Juana considera que eso fue lo más natural, porque Quevedo era magistral y catedrático de la Universidad de Salamanca, "una de las más prestigiosas del mundo en aquellos momentos", por lo tanto "se resistía a hacerse cargo de una diócesis pobre, alejada, con unos curas muy mal formados; la verdad es que se hizo de rogar. Pero como estaba el Rey Carlos II detrás empujando la cosa, no le quedó más remedio que venir".

Pedro Quedo "tuvo actuaciones realmente memorables, como la salida que le dio a la revolución de la Ulloa, contra la Contribución Única en 1790". Durante el Antiguo Régimen, "la hacienda era un caos". Los Borbones decidieron que eso había que modificarlo. El primer paso consistió en saber la riqueza que había. Luego intentaron aplicar una contribución única, a lo que se opusieron los sectores perjudicados. Y Quevedo "consiguió poner paz en el asunto y que no ajusticiaran a los cabecillas".

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