La Lomce facilitó la incorporación del ajedrez en los institutos a través de las materias de libre configuración y ya son 61 los centros en Galicia que ofertan esta materia en tres años de implantación. Pero la entrada de los tableros en las aulas de los institutos de Secundaria de Ourense es todavía muy tímida. Sólo el IES Martaguisela de O Barco, y los CPI Antonio Faílde, de Coles, y José García García de Mende, en la capital, han dado este paso desde que la Consellería de Educación abrió esa puerta en el curso 2014/15.

En Coles se incorporaron ya el primer año. El profesor Xan Trigo señala que fue una decisión fácil porque durante una década el ajedrez fue una actividad extraescolar a la que se apuntaban los alumnos de Primaria en los recreos. Ahora el juego de estrategia se cuela en la enseñanza curricular de Secundaria y los estudiantes que la eligen como optativa en primero o segundo de ESO perciben en pocas semanas que la asignatura es mucho más que jugar una partida ante un tablero.

El orientador del CPI José García de Mende, José Luis Diéguez Ruibal, tiene claro que el ajedrez aplicado en la enseñanza adquiere un valor pedagógico muy importante: "Permite desarrollar capacidades en el alumnado, de carácter cognitivo ayudando a centrar la atención, y de razonamiento porque se aprende a planificar y a buscar y analizar tipos de estrategias". Cuando los estudiantes empiezan a dominar ciertos tipos de aperturas y sistemas de juego, también aumentarán su capacidad memorística, apunta.

Ambos docentes reconocen que el hecho de ser una materia optativa que se imparte con una hora semanal y un solo curso deja poco margen para analizar sus efectos en la trayectoria de los jóvenes pero por la experiencia en las aulas constatan que mejora la concentración y la agilidad en la resolución. Los dos docentes afirman que la material es idónea para estudiantes con TDAH porque mejora la atención, fomenta el autocontrol y la estimulación.

José Luis Diéguez destaca también el aporte a nivel emocional ya que se trabaja la empatía. "Tienen enfrente a un compañero, ponerse en su lugar, y aprender que no siempre se gana en la vida". Aprender a jugar no es el objetivo. En los criterios de evaluación, explica este docente, "lo que menos puntúo es el progreso". Valora el compromiso por la materia, una actitud positiva y la ayuda al compañero.

Los alumnos también le ven el lado positivo. Paula Pardavila y Susana Álvarez, por ejemplo, aseguran que "se nota cuando tienes que estudiar, te organizas mejor".