El peatón toma el mando del casco urbano. El Concello de Ourense ha iniciado un proceso de reajuste de los tiempos de los semáforos con el fin de reducir el plazo de espera de los peatones en los pasos señalizados para ellos, y permitirles que puedan cruzar antes.
Un estudio obtenido de la campaña de seguridad vial que se hizo en la calle avala que muchos de los viandantes que cruzan con el semáforo para peatones en rojo lo hacen por impaciencia, porque se cansan de esperar en la acera.
El alcalde, Jesús Vázquez, y el concejal de Seguridad Ciudadana, Carlos Campos, trasladaron ya a los responsables de la empresa adjudicataria de la red semafórica la necesidad de reducir ese tiempo de espera del peatón y priorizar a las personas que como ellos, contribuyen a mejorar la movilidad ciudadana al desplazarse a pie.
Esta petición se incluye dentro de los proyectos de pacificación del tráfico rodado que abordan los miembros de la Mesa de la Movilidad del Concello y que incluye entre su propuestas dar prioridad a peatones y bicicletas.
Esta regularización de los tiempos semafóricos se fundamenta en algunas de las conclusiones extraídas de la campaña de sensibilización y Seguridad Vial desarrollada conjuntamente entre Concello y Stop Accidentes, que indican que muchos peatones cruzan en rojo los semáforos porque consideran que el tiempo de espera es desproporcionado con respeto al delimitado para los vehículos. "Esta es una de las causa de esos actos imprudente que pone en riesgo la propia seguridad de los peatones", explica el concejal de Tráfico.
Multas
De hecho, ante el aumento en el último año de los atropellos en el casco urbano de la ciudad, el Concello puso en marcha, junto con las campañas de concienciación, una vigilancia policial con duras sanciones incluidas.
Los peatones que cruzan fuera del paso de peatones regulado para ello y son detectados por un agente pagan 80 euros y 200 aquellos que cruzan en rojo, pese a ser zona regulada con semáforos
Además, también se delimitará a 30 kilómetros por hora la velocidad máxima en las calles próximas a los parques con gran afluencia de chavales y familias. "El objetivo es pacificar el tráfico y dotar de mejores mecanismos de movilidad primando sobre todo la seguridad de las personas", explicó el edil.