La Catedral de Ourense muestra "sus tesoros", tras un cambio de vitrinas y el desplazamiento de algunas piezas, por motivos de seguridad, en un museo que se encuentra colapsado, debido a la gran cantidad de elementos que mantiene. Entre lo más relevante, figuran la Cruz Preciosa, los Esmaltes de Limoges -dos de sus piezas se enviarán a Francia, en fechas próximas, para que se puedan incorporar a la exposición que ofrece la catedral de San Martín de Tours-, el Misal Auriense, un conjunto de arquetas de Limoges encontradas recientemente, que "tienen un valor muy alto", la Cruz de Azabache, el Centellero de Santo Cristo, una obra de plata hecha en Perú y un únicum, mandado por un indiano de Sabucedo de A Limia, y el Tesoro de San Rosendo.

La muestra denominada "Los tesoros de la catedral" dará paso en el futuro a la rehabilitación del Museo Catedralicio -creado por Chamoso Lamas en 1958, utilizando un ángulo del claustro, un espacio gótico de gran calidad, pero muy reducido-, con la incorporación de otras dependencias, como criptas y el espacio que ocupaba la antigua escuela de la catedral, además de dotarlo con una entrada independiente, a través de las criptas, dos salas que todavía están sin acondicionar y un patio interior, lo que requiere una inversión de un millón de euros.

Las criptas, el espacio del antiguo colegio y los baños ya están rehabilitados, por lo que falta el siguiente paso, de integrarlos en el Museo Catedralicio, que tendrá que acometerse en diferentes fases, dado el elevado coste del proyecto. En ese sentido, Miguel Ángel González indica: "Yo no pediría más que lo que la Xunta hizo en la catedral de Santiago, la Fundación Barrié en la catedral de Mondoñedo o lo que la propia Xunta está haciendo en estos momentos con la catedral de Lugo".

El director del archivo catedralicio, Miguel Ángel González, reconoce que la exposición se denomina "Los tesoros de la Catedral", porque las actuales dependencias no cumplen las condiciones que establece la Unesco para poder denominarlo museo. "En algún momento se podrá intentar que todo lo que está aquí expuesto, magnífico y concentrado, se pueda presentar con una pedagogía y con unos espacios que permitan gozar cada pieza con mayor individualidad". De esa forma, "con una serie de acondicionamientos más, entraría dentro de lo que se puede llamar museo", admite.

Los tesoros de la Catedral se encuentran en el denominado Museo Catedralicio, pero "no se puede llamar museo, debido a la gran acumulación de piezas que impide que puedan ser observadas de una forma adecuada". En ese sentido, agrega: "Las piezas están mezcladas. Hay escultura, al lado de un ornamento; una obra de platería, al lado de una pieza medieval. Está todo eso tan concentrado, que no permite individualizar ninguna de las obras. Y alguna de ellas, como el Tesoro de San Rosendo, merecería una salita para ella sola, para poder explicar y contextualizar las piezas".

Para posibilitar que las personas que visitan la catedral puedan ver sus tesoros, han retirado "dos vitrinas que podían ser vulnerables, para pasar todo lo que había en ellas a otras que están debidamente cerradas, con la finalidad de evitar que puedan ser objeto de un intento de robo".

Algunas de las piezas de piedra, se trasladaron a la Capilla de San Juan, donde las pueden ver los visitantes.

El delegado de patrimonio de la Diócesis y director del que antes se denominaba Museo Catedralicio explica que la exposición cuenta con sensores, alarmas y un buen sistema de seguridad, "equiparable al de cualquier otro museo".