Fue al término del pleno cuando el portavoz socialista Ignacio Gómez se dirigió en tono amenazante al vicepresidente segundo, Jorge Pumar, y le acusaba de ser el responsable de que el portavoz del PP, Plácido Álvarez, sacase las cuentas de los grupos políticos en lo que se refiere al coste que tienen por dedicaciones exclusivas y asesores, que en el caso del PSOE supera el millón de euros en todo el mandato.
Y aunque en ese momento no hubo respuesta por parte de los populares, que optaron por abandonar el salón de plenos, luego, a través de un comunicado, cargaban contra la actitud de Gómez por entender que se está "convirtiendo en el símbolo de la antipolítica llevando a la deriva a la oposición socialista".
Una actitud, la de Gómez, que para los populares está "provocando un cisma en su propio grupo", al hacer referencia a que algunos de sus integrantes asumen con "impotencia que cada uno es como es". Y recordar lo que aconteció en la pasada Comisión de Transparencia, en la que el portavoz "obligó con malos modos a sus compañeros a abandonar la sala de reuniones por no entender, como él mismo reconocía, el procedimiento de presentación de mociones".