Un atraco por menos de 100 euros de botín. A nadie le extrañó la presencia de dos obreros enfundados en un mono de trabajo azul, ayer a primera hora de la mañana en A Derrasa, localidad de Pereiro de Aguiar atravesada por la OU-536 y con un ritmo bullicioso por los negocios que dan servicio a la zona. Si acaso, le llamó la atención al contratista de la casa en construcción donde los individuos se vistieron de obreros para pasar desapercibidos. Desde allí, los dos sujetos anduvieron con tranquilidad el trecho de apenas 20 metros hasta la sucursal bancaria de Abanca. Una vez en el interior, la actitud cambió. Se cubrieron el rostro y sacaron las armas: una pistola, un cuchillo y un cúter para exigir todo el dinero. El botín fue inferior a los 100 euros. Pero el susto, mayúsculo para los presentes. Al único trabajador que estaba ayer en la oficina lo intimidaron colocándole una pistola en la sien (no se descarta que fuera simulada). Tras el robo dejaron atados a dos de los tres clientes que sufrieron el atraco. A una señora, sin embargo, sólo la obligaron a sentarse en una silla.

El robo con intimidación tuvo lugar en torno a las 9.30 horas de la mañana. Los individuos habían llegado minutos antes a la casa en obras a bordo de un Citröen Xsara de color amarillo o naranja, difieren las fuentes. La Policía Judicial de la Guardia Civil investiga la relación de coches de ese modelo para dar caza a los delincuentes.

"Tenían aspecto sudamericano"

Junto a la vivienda en obras se vistieron con los monos. Portaban unas bolsas o mochilas, según las fuentes, posiblemente con la intención de llevarse oculto el dinero, sin levantar sospechas de los vecinos y usuarios de la oficina de correos, el establecimiento de dulces, la pescadería, el supermercado con estanco y el bar situados justo en los alrededores de la entidad.

Una joven llegó a verlos. Asegura que su aspecto era sudamericano, por el color de su piel. Es un testimonio de relevancia para los investigadores de la Guardia Civil. "Parecía que fueran los típicos obreros que esperan a que los recojan para ir a trabajar", le dio la impresión. Fueron varios los vecinos que se enteraban de la noticia a medida que avanzaba la mañana, convertida casi en el único tema de conversación.

Afectado por los hechos, el trabajador que fue encañonado con la pistola fue sustituido por una trabajadora de la entidad de otra sucursal, según manifestaban fuentes próximas. El director territorial de Abanca en Ourense, Rubén Saavedra, acudió y permaneció en la oficina de A Derrasa para preocuparse por lo sucedido. No es la primera vez que se comete un atraco en esta sucursal bancaria.

El trabajador y los clientes se quedaron en la oficina hasta que los atracadores se marcharon. Las ataduras con bridas no les impidieron liberarse pasados unos minutos. Varios efectivos de la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Ourense investigaron intensamente en la zona, tomando declaración de testigos, hasta última hora de la mañana de ayer. Los delincuentes ya habrían sido identificados, según algunas fuentes.