Aunque la decisión de Rabat va acompañada de otros reproches a la cancillería alemana, lo que no ha digerido todavía el monarca alauita es que Berlín haya reconocido de facto al Polisario como único representante legítimo del Sahara. Por cierto, el Polisario no se ha quedado de brazos cruzados tras la decisión de Washington, sino que ha movilizado a toda su diplomacia para reivindicar el derecho a la autodeterminación del territorio, al tiempo que ha intensificado sus ataques a los puestos marroquíes de la vasta frontera sahariana. A su vez, Argelia organizó semanas atrás unas espectaculares maniobras militares en torno al oasis de Tinduf como un aviso de que no está dispuesta a abandonar a sus protegidos saharauis. La prensa africana habla ya sin rodeos de una posible nueva guerra abierta entre Argelia y Marruecos, en espera de que Joe Biden confirme o rectifique la explosiva decisión tomada por su antecesor en la Casa Blanca.