El presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, ha tomado las riendas de la lucha contra el islamismo político, que a su juicio amenaza los valores sobre los que se configura la convivencia y la paz social de Francia. En un discurso pronunciado en Alsacia, Macron no ha mirado para otro lado ante uno de los grandes desafíos en estos momentos. No se trata de demonizar a quienes practican la religión musulmana sino de afrontar desde su raíz los procesos de radicalización que desestabilizan y rompen la convivencia. Según Macron, es preciso combatir a un separatismo islamista que pervierte la naturaleza de la religión islámica y pretende actuar al margen del Estado de Derecho y de los principios e instituciones de la República.