Con ocasión del Día de la Mujer, quisiera dedicar unas líneas a las y los pensadores que reivindicaron la igualdad de los seres humanos sin distinción de géneros. El primero de los que conozco fue Platón, quien en su diálogo República propone una misma educación para niños y niñas y su igualdad de oportunidades para ocupar cualquier puesto dentro de la sociedad. En los albores de la modernidad, diversas escritoras defendieron ideas similares: desde La ciudad de las Damas de Christine de Pisan, a principios del siglo XV a Mary Wollstonecraft con Vindicación de los Derechos de la Mujer, a finales del XVIII. En el XIX destacaron John Stuart Mill, con su libro El sometimiento de las mujeres, y ya en nuestro país, Concepción Arenal, quien en su obra La mujer del porvenir (1869) defiende el acceso femenino a todos los niveles educativos (ella misma consiguió ser la primera licenciada en Derecho española) y rechaza la desigualdad. En el XX hay una gran profusión de literatura feminista, entre la que destaca la obra de la existencialista Simone de Beauvoir, autora de El segundo sexo, con su idea de que la mujer no nace sino que se hace y la distinción entre sexo como hecho biológico y género como concepto cultural.

Creo que es importante hoy recordar esta larga historia de defensa de la igualdad en la que han participado grandes mujeres y hombres cuyo pensamiento ha contribuído a los avances conseguidos y sigue alentando la reivindicación de los que quedan por conseguir.