Hace, no muchos años, nuestra profesión de enfermería peleaba dentro del mundo académico por tener reconocida la licenciatura ya que disponíamos de sobrada producción, transmisión de conocimientos y de práctica científica para ello, durante esa lucha, vino un cambio académico donde ya no era necesario luchar por ese reconocimiento ya que pasábamos todos a ser grado y a día de hoy, tenemos muchos compañeros enfermeros que no se han quedado ahí sino que ya son doctores en Enfermería, desde aquí mi felicitación, por su trabajo y esfuerzo personal y la puesta en valor de nuestra enfermería.

Y a pesar de eso, no comprendemos que desde algunos ámbitos sociales bien formados e informados nos siguen llamando ATS, estos profesionales que habían nacido académicamente en 1952, dónde un trabajo como era cuidar, pasó a ser algo regulado y profesionalizado, dónde la actividad estaba totalmente delegada, la autonomía era muy escasa, pero tras cambios en los planes de estudios, con la Orden Ministerial de 1 de Junio de 1977, se crean las Escuelas Universitarias de Enfermería y el proceso de unificación en el que se adapta el nombre de "enfermería" para todos los profesionales (practicantes, enfermeras).

Actualmente aunque la enfermería es una profesión muy considerada en el ámbito social, ya que la población conoce nuestra actividad diaria, saben de lo que somos capaces, confían en nuestras habilidades, lo único punible es que no sepan el nombre de su profesional de enfermería, aunque ahora ya lo podrán solicitar y que aparezca en su tarjeta sanitaria. SATSE (Sindicato de Enfermería) ha logrado hacerle entender al Sergas que la población y los pacientes tienen el derecho de conocer y saber el nombre de su enfermera/o y estos profesionales el derecho a ser visibles y reconocibles.

Y con todo esto, solo quiero dejar claro que nadie reniega de su pasado, que estamos aquí gracias al esfuerzo, la constancia y el buen hacer de nuestros compañeros ATS, practicantes, enfermeros, etc, que han labrado nuestro camino, que han hecho posible que hoy tengamos un abanico de especialidades, donde se demuestra que especializándonos tenemos una formación más completa en unos ámbitos concretos (salud mental, salud obstétrica, salud laboral, salud pediátrica, salud comunitaria, etc) esto no es imprescindible para el desarrollo mayoritario de la labor diaria de los profesionales de enfermería, pero sí muy importante tenerlos en cuenta en esferas concretas, como por ejemplo, es el ámbito de la salud laboral, ya que aquí, si deben ser especialistas en Enfermería del Trabajo, algo regulado ya por Ley, ya que su formación va más allá de la parte sanitaria, deben conocer las empresas en las que trabajan sus usuarios y saber qué riesgos tienen, ya que no es lo mismo el trabajo de un carpintero, de un albañil, de un administrativo, de un conductor de transportes o los trabajadores de un centro sanitario (hospital),etc, cada trabajo lleva en su ADN el riesgo añadido, y como siempre se dice es difícil a veces evitarlo pero sí tenemos que minimizarlo.

Felicidades a todos los profesionales de enfermería en nuestro día internacional, y como alguien dijo: "No te preocupes si el paciente olvida tu nombre, lo que nunca olvidará es como lo trataste".