Recientemente ha habido cierta polémica por unos carteles colgados en un colegio público de Nigrán. Los carteles, puestos en la zona de paso de alumnos y en su web, dicen: "Fala galego, non sexas lelo". Los colocaron ahí por ser el eslogan merecedor de un premio en el día de las Letras Galegas, que concedió el colegio a una alumna.

Unos lo considerarán meramente anecdótico, otros puede que incluso totalmente irrelevante. Sin embargo, en una sociedad donde lo "políticamente correcto" se está imponiendo a niveles a veces que incluso limitan la libertad de expresión, no deja de sorprenderme esta excepción. ¿Alguien imagina que hubiera pasado si en algún edificio público se hubiera premiado y colgado un cartel con el lema "Habla español, no seas mamón"? ¿Cuantas cabezas habrían tenido que rodar para aplacar la cólera de ciertos sectores sociales? Y por supuesto, deberían ser destituidos los responsables de tal agravio hacia los no hispanohablantes. Sin embargo, ante mi protesta por un cartel que menosprecia a los no gallegohablantes, solo he recibido desdén y malas contestaciones por parte de la administración, que me ha tachado de ignorante y censor.

Desde la Inspección de Educación se ha dado la razón al centro, diciendo que ese cartel no es ofensivo, que solo busca promocionar el uso del gallego con una rima y que solo protesté yo. Llamar lelos a todos los alumnos y padres no gallegos, y a los que sí lo somos, pero no usamos el gallego en nuestra vida diaria, no me parece la mejor forma de promocionar nada. Sin embargo la Defensora del pueblo de Galicia en un dictamen contundente sí ha concluido que ese cartel claramente menosprecia a aquellos que no hablan gallego, con rima o sin ella. También ha dicho que no importa cuantos protestemos si el hecho está mal. Pero el inspector jefe Manuel Torres y el jefe territorial, César Ares, cuatro meses después de mi petición y seis semanas después del dictamen de la valedora, siguen haciendo oídos sordos; poniéndome a mí en una posición de aparecer como el que crea "mal rollo" en el colegio.

Somos los ciudadanos quienes debemos garantizar la protección de nuestro patrimonio cultural, y las lenguas son parte fundamental de este patrimonio. El gallego y el español son lenguas oficiales, no se debería fomentar su uso con estos mensajes en ningún lugar, pero menos en centros sostenidos con fondos públicos que todos contribuimos a mantener hablemos una lengua o la otra.