Oe, oe ,oe: como diría un forofo “la imaginación de los nuevos en la Xunta ya se ve”. Una frase que se inventa avecilla para describir la alta moral con la que han llegado los recientes titulares de algunas consellerías. Destaca de modo singular la titular de Vivenda, que anunció nada menos que su intención es “desburocratizar” la Administración autonómica. Dice el pajarillo cantor que es bueno creer en los milagros, pero sin pasarse, porque a buen seguro de no lograr el objetivo habrá reclamaciones: unas políticas y otras electorales. Y pasan factura. ¿No?

Conste que la buena intención de la dama no se queda ahí. También se propone como meta de su tarea “agilizar los trámites urbanísticos en el país”, algo que supera lo anterior: es sobre todo no ya un milagro, sino una quimera. Aparte de que en ese terreno hay que pisar con mucho cuidado, porque está lleno de minas antipersona. Si se hiciera la relación de víctimas de promesas semejantes, no llegaría con los volúmenes de la Enciclopedia Británica. Eso aparte, la cofradía de los fieles difuntos está repleta de nombres, no pocos muy conocidos. ¿Eh?

A ver: lo que plantea su señoría está muy requetebién, pero frente a eso –recuerda Anacleto– se han frustrado varios proyectos de modernización de la burocracia gallega. De momento, nada de nada se obtuvo, a diferencia de los vecinos lusitanos que para captar inversiones están dispuestos a cualquier cosa que permita la Unión Europea. En cambio, aquí lo poco que se hace para fomentar el atractivo inversor es ofrecer indulgencia plenaria a los peregrinos que acuden a Compostela. Y así nos va en este mundo: habrá que esperar a otro. Jo...

(Otra cosa. Avecilla, que no descansa, informa de que en el lío de los abogados y procuradores de oficio algo se mueve. Tras la baja voluntaria de decenas de letrados, en el seno de la Xunta parecen haberse dado cuenta de que el asunto los puede voltear. Incluso el responsable de Xustiza, que no parecía enterarse, ha recibido un toque de atención y, según se dice, incluso podría llegar a cumplir sus obligaciones elementales. Entre ellas, dialogar con el colectivo en huelga desde noviembre. Sería un milagro, pero aleluya. ¿Capisci...?).