Opinión | DESDE MI ATALAYA

La asignatura pendiente

Otro de los artículos de nuestro archivo, fue uno que habíamos publicado en la revista “RÍA”, órgano de “ADEMAR”, concretamente en la nº 6 de marzo de 1988, es decir hace justamente 36 años, con el título de “Dos Asignaturas pendientes”, de la que una era la llegada del tren al puerto, afortunadamente a “aprobada”, en 1999. Y la otra es la tan manida de los límites municipales. Y escribíamos esto:

“Si, si, se perfectamente que muchos, nada más leer esto, se escandalizarán, pero es una necesidad mutua, pues ni Marín podrá alcanzar su total desarrollo, ni Estribela saldrá de su obscuro protagonismo. Y no es que lo digamos nosotros ahora, que sería vana pedantería y engañosa ilusión, sino que es una realidad que lleva ahí más de un siglo. No es una novedosa invención, de conveniencia coyuntural, no, de ninguna manera, sino que es por una razón social, geográfica, económica y aun sentimental, nacida desde el mismo momento en que la “política” de aquel momento, decidió separar administrativamente, al conjunto económico-social que forman Estribela y Cantodarea. Pues esta razón data del momento mismo en que se aprobaron los Ayuntamientos constitucionales en el año 1836, realizada por la Comisión de la Diputación, y posteriormente reestructurada por el diputado Sr. Saravia, en el que se contemplaba el de Marín, al que se le incluía, además de las actuales parroquias, la de Lourizán, y así fue presentado, pero sin embargo, esta no fue recogida en su integridad, sino que fue modificada por la que hicieron los Sres. Mateo Ruperto y Ramón Carbón y que modificaron los trabajos razonados del diputado Saravia, y excluyeron a la parroquia de Lourizán de nuestro ayuntamiento. Integrándola, junto con otras varias, al ayuntamiento de Pontevedra. Y fíjense Vds. las razones que aducen para ello: “… porque siendo como arrabales de esta Capital, por la inmediación, están los vecinos en continuo roce y comunicación, teniendo que concurrir a ella, por necesidades para surtirse de lo indispensable, por cuya razón lejos de perjudicarles la incorporación al ayuntamiento de la Capital, recibirán beneficio”. Desde luego a los vecinos de Estribela no se les hizo un gran beneficio, pues desde aquella, tendrán que acudir a Pontevedra para “surtirse de los necesario”, y piensen Vds. que estamos en el año 1836, y las comunicaciones no eran la de hoy en día. Y así el 29 de octubre de 1836, se sentencia esta barbaridad jurisdiccional, definiendo los límites del ayuntamiento de Marín, separando a su conjunto social, económico y humano, que llevaban unidos cientos de años, como es el de Estribela y Cantodarea. Pues bien, a partir de este momento, siempre estuvo latente, entre sus vecinos, la necesidad de su incorporación a Marín, e incluso, en algunas ocasiones estuvo a punto de conseguirse, como la época del alcalde Massoni, pero por unos u otras razones, siempre políticas, no fue posible.”

Por eso nosotros, siempre hemos insistido en la necesidad de modificar estos límites hasta Placeres, sin que ello pueda suponer para la Capital detrimento alguno, sobre todo porque la Capital en todo este tiempo se anexiono ayuntamiento y muchas parroquias a su municipio. Por lo que hoy, casi dos siglos después, estamos en la mismas condiciones, por lo que supone un compromiso con nuestros antecesores, que lucharon por lograrlo, llegando incluso, como quien dice a “tocarlo con las manos”, pero que por unos u otros motivos, siempre políticos- ¡hay la política siempre fue esquiva a nuestros intereses!, quizás porque en cada momento, los representantes legítimos marinenses, bien por mandato popular o por decisión dedocrática -que de todos hubo- no tenían clara la idea fundamental, de que la política es un servicio a la comunidad, y no un fin para las aspiraciones personales. Y mientras esto no se asuma, por los políticos, de nada servirán los esfuerzos realizados para conseguir la libertad. Y seguirá pendiente esta asignatura, para todos los marinenses, que tenemos una deuda, también, con nuestros hijos y nietos, que algún día nos pedirán cuentas de lo que hicimos, o no hicimos, en defensa de toda la comunidad.

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