Trato de favor

Agobiado por la zozobra electoral de las encuestas, el presidente de Castilla-La Mancha ha dicho algo que está en la cabeza de cualquier persona con dos dedos de frente: “No se puede pactar con los delincuentes su propia condena”. Le faltó añadir que España deja impune la malversación del dinero público solo para que el amnistiado Junqueras, que ya está exigiendo un referéndum de autodeterminación en Cataluña, pueda presentarse de candidato a unas elecciones y Pedro Sánchez continuar hasta el final de la legislatura en la Moncloa, estableciendo con los independentistas las pautas para un segundo mandato.

"La destituida vicepresidenta de la Cámara, Eva Kaili, es la principal protagonista del llamado “Qatargate”, un escándalo por trato de favor en el Parlamento europeo"

Mientras el socialismo español se dedica a abaratar las penas por corrupción para solucionarles los problemas a sus socios de ERC y allanar el camino de Sánchez, una socialista griega, la destituida vicepresidenta de la Cámara, Eva Kaili, es la principal protagonista del llamado “Qatargate”, un escándalo por trato de favor en el Parlamento europeo. Kaili ha sido expulsada de su partido, el PASOK, luego de ser detenida y después de que su padre fuese pillado tratando de huir con cientos de miles de euros en una maleta. Antes, un buen número de medios afines ya se habían apresurado a dejar claro que Kaili se trataba de una “socialdemócrata de derechas”, amiga de los conservadores. En cualquier momento habría de aparecer la serpiente, ya me parecía a mí que esto no podía ser obra de una honrada socialista.

Cuesta más disociar a un griego de este tipo de prácticas cuando la corrupción y el amiguismo forman parte de la tradición helena de los últimos tiempos. Allí hay dos palabras que lo definen. Son “fakelaki” y “rousfeti”. La primera significa sobornos; la segunda, favores políticos. Prevalecen en todos los ámbitos y por supuesto están enraizados en el PASOK. No hace todavía demasiado, uno de los fundadores del partido donde militaba Kaili, el exministro de Defensa, Akis Tsojatzópulos, fue condenado por blanqueo de dinero. Igual se trataba también de un socialdemócrata de afinidad conservadora.

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