Antes de llamarse playa América se la conocía por playa de Lourido. Lo cuenta el periodista Joaquín Pesqueira cuando se dirigía a Nigrán a entrevistar al tenor Miguel Fleta, en el mes de julio de 1935.
Escribe: “Vamos a la playa de Lourido. Digo: vamos a playa América, como quiere ahora que la llamemos su propugnador, su 'lanzador', don Manuel de Lemos”. Y añade un comentario sobre el tiempo que nos recuerda este verano: “El calor es grande, sofocante”.
Es decir, quien le puso el nombre a playa América fue Manuel Lemos, el gran mecenas de Nigrán, que había emigrado a Argentina a finales del siglo XIX, cuando tenía 17 años, y se convirtió en el empresario más importante del país del sector vinícola. Fue quien prestigió el vino argentino, y quien más lo exportó a otros países, incluida Inglaterra.
"Quien le puso el nombre a playa América fue Manuel Lemos, el gran mecenas de Nigrán, que había emigrado a Argentina a finales del siglo XIX"
Pero nunca olvidó a su tierra, a donde venía todos los veranos, desde 1912 como presidente de la institución Pro Valle Miñor, que fundó en Buenos Aires. En sus estancias en Nigrán promoverá el Sindicato de Iniciativas de Playa América, construirá la primera urbanización, reunirá en su entorno una colonia veraniega –con algunos emigrantes sudamericanos que también apoyaron la playa de “América”– y organizará grandes fiestas en los veranos.
Cuando llega a Nigrán, “su playa”, como todos le dicen, la grandiosa y sin par playa América está de enhorabuena” por los proyectos que acomete en su labor de mecenazgo. Nigrán le dedicó la calle principal para recordarle, aunque morirá en Mendoza (Argentina) a finales de los cuarenta.
Hoy día, a diferencia de lo que ocurría en los años treinta del pasado siglo, pocos recuerdan que a playa América se la conocía por playa Lourido.
"Hoy día, a diferencia de lo que ocurría en los años treinta del pasado siglo, pocos recuerdan que a playa América se la conocía por playa Lourido"
Es evidente que el actual topónimo fue el resultado del esfuerzo de Manuel Lemos por conseguir que se llamara así, pero la relevancia que adquirió como lugar privilegiado de turismo se debe a la colonia veraniega que se fue juntando año a año y a la estancia de visitantes ilustres.
El más importante, porque estaba en el culmen de su fama y era el divo de ópera más aclamado, fue Miguel Fleta, que en el verano de 1935 descansaba en el hotelito Villa Mendoza, guardando reposo para cuidar la voz. Pese a que había recibido múltiples solicitudes para que cantase, solo “los jóvenes pescadores de San Pedro de La Ramallosa habían conseguido quebrantar la decisión del tenor, que era la de no cantar durante esta temporada de descanso. Pero Fleta cantó, por ellos, a la Virgen del Carmen”, en la ermita de Lourido.
Fue un hecho singular, y para escucharle acudió multitud de gente de toda la comarca. Y remata un cronista de la época: “Ksado impresionó varias placas de esta tan lucida como inolvidable fiesta”.
La presencia de Fleta durante ese verano –primera y última– fue muy importante para el reconocimiento de playa América como lugar de destino para los veraneantes, que tenían como modelos a San Sebastián y Biarritz. Puede decirse que con su presencia consolidó el nombre.
"La presencia de Fleta durante ese verano fue muy importante para el reconocimiento de playa América como lugar de destino para los veraneantes, que tenían como modelos a San Sebastián y Biarritz"
Fleta ha vuelto a la actualidad. Todos los grandes tienen tiempos de silencio, pero retornan. El pasado mes de junio se estrenó en el Festival de Huesca un gran documental que redescubre su trayectoria: “Fleta, tenor, mito”. Aunque no recoja su estancia en Nigrán, ni su actuación en el Tamberlick, en septiembre de 1925, donde cantó “Carmen”, de Bizet.
Pero no era él único famoso que acudió a playa América, ya que el verano anterior había estado el dibujante Antonio Villahermosa, que popularizó el seudónimo de “Sileno”, considerado por los críticos “el caricaturista político por excelencia”. En los sesenta también veraneará otro maestro del humor, Álvaro de la Iglesia, director de “La Codorniz”.
Playa América es desde entonces uno de los lugares típicos de veraneo.
Meses antes de su muerte, don Paco Fernández del Riego, veraneante ilustre, dedicó el mayor elogio a playa América. Cuando ya no podía salir de casa por impedírselo la enfermedad, recordaba en una entrevista que uno de los mayores placeres de su vida eran los paseos estivales por playa América, dar varias vueltas caminando junto al agua desde Panxón al extremo del arenal.
Ahora que ha vuelto a activarse el festival Vive Nigrán, en el que intervino Miguel Ríos, que se celebra junto a playa América, sería magnífico que los organizadores dedicasen un recuerdo a Miguel Fleta, que además de triunfar en Milán, Nueva York y Buenos Aires y ser aplaudido en los principales teatros del mundo, cantó en Nigrán.
Cuenta el director del documental que recrea su vida que cuando proyectó el rodaje pensaba que conocía la vida de Miguel Fleta, pero al terminar se cercioró que desconocía el 80 por ciento. Y en ese porcentaje figura su verano en Nigrán. Fue el principal personaje que vino a gozar de playa América, cuando todavía muchos la llamaban playa Lourido.
