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Irene Bascoy

Debate de investidura

Irene Bascoy

Campaña sin programa

La investidura de Alfonso Rueda, en imágenes Xoán Álvarez

Alfonso Rueda prometió ayer en su día grande, en su puesta de largo como futuro presidente de la Xunta, continuidad con la gestión de Alberto Núñez Feijóo. Un mensaje tranquilizador para los casi 628.000 gallegos (48% de los votos) que en junio de 2020 daban al PPdeG su cuarta mayoría absoluta. Tiene lógica. ¿Por qué romper con una receta que tanto éxito ha dado a su formación?

Rueda, que se presentó como un servidor público con gran experiencia, primero como funcionario, luego como alto cargo y los últimos trece años como conselleiro y vicepresidente, cogió la fórmula de Feijóo y la estiró. Igual que su antecesor en el pasado anunció nuevas bajadas de impuestos, que tanto gustan a los ciudadanos, y medidas sociales que siempre son del agrado de todos (más vacunas gratis, más ayudas a la vivienda para los jóvenes, …). Éxito asegurado, ¿a quién no le gusta un regalo?

Quizás le faltó ambición y emoción. Alguno o alguna habrá echado de menos las lágrimas del presidente saliente. El político pontevedrés cuando anunció que asumía el reto de relevar a Feijóo prometió empezar a trabajar ya por la quinta mayoría absoluta. Ayer en cambio desperdició la ocasión de presentar un programa de largo alcance. No solo de dos años. Mucho tiempo dedicado a hacer balance de la gestión de otro, y poco para desgranar SU proyecto para Galicia, ese proyecto que debe convencer a los votantes y simpatizantes del PPdeG de que la decisión de Feijóo al designarle sucesor ha sido acertada.

Rueda se proclamó heredero de sus antecesores en la Xunta, todos incluidos los socialistas Fernando González Laxe y Emilio Pérez Touriño. ¿Por qué? Va a por el voto socialista y busca la confrontación directa con el BNG, a quien ya advirtió: “Ni bloques, ni bloqueos, siempre y ante todo, los intereses generales de los gallegos”. Arranca la campaña, pero sin programa electoral

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