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Ceferino de Blas.

La exposición más hermosa

En los casi 20 años que lleva abierto el Museo de Arte Contemporáneo de Vigo nunca se había celebrado una exposición tan hermosa como la que ahora se muestra de Din Matamoro. Por la belleza de los cuadros, por la perfecta integración de luz y color y porque está creada para colgar en las paredes del Marco. Se titula “La mirada encendida”. Ha sido el mayor acierto de la nueva dirección del museo.

Hasta el ambiente era especial el día de la inauguración. Las salas se impregnaron de una atmósfera, como comentaba una asistente, muy neoyorquina por la obra y el perfil de la gente. Era tal el entusiasmo de los presentes con la exposición y el autor, con el que no paraban de sacarse fotos, que alguien sorprendido con lo que veía se lo comentó a su mujer, María, que de inmediato le dio una contestación, en la que no apelaba a su condición artística sino a su humanidad: “¿quién no quiere a Din?”

"Din Matamoro es uno de los artistas más queridos de Vigo por su sencillez, por la paz que emana en su presencia"

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Efectivamente Din Matamoro es uno de los artistas más queridos de Vigo por su sencillez, por la paz que emana en su presencia y sobre todo porque se comporta siempre con una enorme espontaneidad.

Estos valores que lo caracterizan, sin duda los más apreciados por los espíritus sensibles, no tienen la misma correspondencia entre los que se fijan en el boato para medir la categoría de la gente.

Pero Din no precisa revestirse de oropeles para demostrar quién es. No necesita mostrar su curriculum, ni exhibir su carrera en Madrid y su aprendizaje en Roma y Nueva York, ni recordar que es miembro de la Academia de Bellas Artes de Galicia. Le sobra su maestría y la capacidad para sumirse en la luz y el calor que después derrama en sus cuadros en un trabajo lento, titánico, porque la creación de cada obra supone una génesis que dura más que la bíblica de siete días, porque siempre falta el toque de perfección.

Su colección, y está visible al público, es la mejor, la más hermosa, la más apropiada que nunca se ha exhibido, porque fue creada exprofeso para el Marco, en el que encaja como el guante a la mano. Lo reflejaba la mirada de la gente al contemplar los cuadros en sus espacios. Percibían que estaban vivos, que el contorno de cada uno les estaba hablando con una voz serena, persuasiva, que les llevaba a comprender lo que expresaban las formas y el color adheridos a cada lienzo.

Un recorrido tranquilo por los espacios donde están colgados transmite la sensación de que se camina acompasado a los sonidos de una sinfonía inédita, que cada uno escucha de modo diferente.

"La muestra transmite la sensación de que se camina acompasado a los sonidos de una sinfonía inédita"

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Siempre hubo problemas con este museo, pero la exposición de Din puede resolverlos definitivamente. Es el conjunto de obra adecuada para mostrarse como exposición permanente, al menos en una de las salas, cuando hubiera que habilitar espacios para otras muestras. Pero siempre quedaría expuesta una selección de cuadros que dignifican por fin el Museo de Arte Contemporáneo de Vigo. Es lo que representa la colección ad hoc de Din Matamoro.

Los vigueses están invitados a verla porque merece la pena acudir no solo una, sino dos, tres o más veces para captar sus misterios en profundidad, porque es cambiante, como la explica maravillosamente su autor en un texto introductorio, en el que comparte sus experiencias con los que vayan a contemplarla.

“Pinto con luz natural. Una luz que se desplaza y cambia. Mi obra pictórica también lo hace, se transforma delante de quien la contempla. Hace tiempo que comencé desde el blanco, del despertar de la luz, del color, para alcanzar lo inmaterial”. Din, que se define pintor de cuadros, asevera: “quien se detiene ante ellos, quien los observa con curiosidad quien les dedica tiempo, siente como asoman formas y colores, escondidos tras la última capa, tras la piel de la pintura”.

Vayan al Marco y paséense por la exposición. Dedíquenle tiempo. Es la mejor que se ha colgado en Vigo desde que existe el museo. Es la creación de un genio que vive entre nosotros, aunque por su sencillez y naturalidad parezca del común.

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