El poder tiene unas mandíbulas muy fuertes, si no te destrozan te muelen. El ejemplo lo tenemos en las recientes mociones de censura.

La expresidenta de la Comunidad de Madrid es muy astuta y además muy inteligente, pues no se deja demoler y meterle el diente, es muy difícil.

La competencia política se está librando más ferozmente que nunca, debido al endurecimiento del debate, la cultura del asentamiento y la fragmentacion. La confianza entre los políticos es escasa.

La brújula moral que usan los políticos nunca es la suya propia, pues depende de muchos factores o de la política del día.

La política se parece a la bolsa, esta sube y baja según los criterios, pero desde fuera se puede manejar muy fácilmente.

La expresidenta de Madrid se ha enfrentado a Sánchez y siempre se sale con la suya y Salvador Illa nunca fue capaz de doblegarla y se fue para Cataluña con el rabo entre las piernas.

Aquí se demuestra la igualdad del poder, de lo que tanto habla Irene Montero. Ahora su marido, P. Iglesias, dimitió como vicepresidente, para arrebatarle el puesto a una mujer (Ayuso) y esto no lo vemos muy elegante, cuando su mujer habla constantemente de la igualdad.

La estrategia de Iglesias con sus declaraciones extremas, es conseguir el voto protesta, pero ¿cuáles son los beneficios de todos esos votos, para el votante?