Desconozco lo que diría la mayor parte del pueblo español, pero no tengo duda alguna de que, si se preguntara a los círculos económicos interesados, estos opinarían que los esfuerzos del Gobierno, más que dedicarlos a la "reconstrucción artificial" de la "Memoria Política", habría que centrarlos en reiniciar la frenada recuperación económica.

En efecto, en un informe de la OCDE publicado en agosto se señala que, mientras la evolución de la economía en el conjunto de la OCDE y de la Eurozona sigue mejorando, en España el indicador de la recuperación descendió 0,63 puntos respecto del resultado de junio. Lo llamativo de este dato, señala la OCDE, no es el porcentaje del frenazo de la recuperación, sino que manifiesta un cambio con la tendencia mundial ascendente y supone un verdadera amenaza real de que España quede descolgado en la salida de la crisis. Este diagnóstico acaba de ser confirmado estos días por el Banco de España, que habla de una caída estimada del PIB del 13% para este año y de cierto "agotamiento" de la recuperación en agosto.

Pues bien, ante este sombrío panorama económico lo lógico sería que cualquier Gobierno responsable se dedicara en cuerpo y alma a recuperar nuestra maltrecha y estancada economía. Mas he aquí que, en lugar de ello, nuestros gobernantes se deleitan en reescribir legislativamente la historia para ver si pueden borrar las huellas realmente andadas por el pueblo español desde 1936 hasta hoy (en términos machadianos) y cambiarlas por otras irreales que reflejaran lo que les gustaría que hubiera sucedido. Con esto quiero decir que nuestros ministros, como si se tratara de un grupo cualificado de historiadores, en vez de dedicarse a afrontar la espeluznante crisis económica que se nos viene encima, siguen metidos de hoz y coz en la sorprendente tarea, como ha señalado el profesor Blanco Valdés, de reescribir la historia.

Digo lo que antecede porque nuestro Consejo de Ministros aprobó este martes el "urgentísimo" (?) anteproyecto de Ley de Memoria Democrática, que persigue eliminar cualquier vestigio del franquismo y cuyos contenidos se estudiarán en la Educación Secundaria Obligatoria y en el Bachillerato, y entrarán en la formación del profesorado. Entre otras medidas, se contempla la retirada de los títulos nobiliarios y de las condecoraciones vinculados a la dictadura, así como la anulación de las sentencias dictadas durante este periodo.

Lo malo es que nuestros gobernantes no solo son malos historiadores, es que desfiguran interesadamente la Historia. Lo sostengo porque, como algunos de ustedes sabrán, hay dos "Memorias Históricas": la española y la europea. Pero mientras las previsiones de la española forman parte de la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, y están siendo llevadas a cabo puntualmente por la acción del Gobierno, la Memoria Histórica Europea, recogida en un texto aprobado por el Parlamento Europea, ha sido hasta ahora absolutamente orillada por el Gobierno.

Y es que parece que hay alguien que no quiere enterarse de que el Parlamento Europeo aprobó la Resolución de 19 de septiembre de 2019 sobre la condena del nazismo y del comunismo, con vistas a la conformación de "una memoria histórica europea para el futuro de Europa", en la que se destaca, entre otras cosas, que "? sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el nazismo, el estalinismo, y otras dictaduras, evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos". Y, en la parte de las medidas concretas que deben impulsar los Estados miembros, la Resolución del Parlamento Europeo "recuerda que los regímenes nazi y comunista cometieron asesinatos en masa, genocidios y deportaciones y fueron los causantes de una pérdida de vidas humanas y de libertad en el siglo XX a una escala hasta entonces nunca vista en la historia de la humanidad" (punto 3), y se pide la "condena toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo, en la Unión" (punto 6).

Pues bien, ¿han visto alguna actuación política pública adoptada por el Gobierno español contra algún comunista histórico? ¿Es de recibo que, sin haber implantado aún la Memoria Histórica Europea incorporando la reseñada Resolución de Parlamento Europeo nuestro Gobierno se dedique a reforzar la reconstrucción de la Memoria Histórica española con un proyecto de ley de muy dudosa constitucionalidad porque parece atentar contra la libertad ideológica y la libertad de expresión?

Esta nueva operación del PSOE es otro truco más de prestidigitación que tiene por objeto distraer la atención de la ciudadanía. En lugar de que sea la Historia la que escriba un pasado cerrado por la vía de la reconciliación, nos enseñan el señuelo del franquismo, para que no nos fijemos en su deficiente actuación al frente del Gobierno. Actuación que el otro día describía magistralmente el ilustrador Puebla en una viñeta del ABC en la que un niño sentado en la mesa le preguntaba a su madre, que estaba abriendo la puerta de una alacena que estaba vacía, qué había para desayunar y la madre le respondía que "propaganda". Sobran las palabras.