Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Santiago Lago Peñas.

Empresas familiares y tamaño empresarial

Entre las ventajas de la economía gallega para hacer frente al COVID-19 se insiste mucho en la especialización sectorial y en el menor impacto comparado del virus. Lo primero se concreta en un mayor peso del sector agroalimentario y uno menor del turismo; así como un mayor peso relativo de las exportaciones gracias a los sectores de automoción y textil-confección, fundamentalmente. Lo segundo tuvo su mejor reflejo en el liderazgo en el proceso de desescalada.

Pero existe otro factor importante: el mayor peso de las empresas familiares en Galicia. Las investigaciones disponibles muestran la estabilidad laboral que aportan las empresas familiares. A la hora de despedir trabajadores, o realizar ERTEs, se lo piensan mucho más que las no familiares, sacrificando rentabilidad antes de romper vínculos que en muchos casos trascienden los meramente laborales. Detrás de las empresas familiares está una familia que tiene una visión a largo plazo como consecuencia de su objetivo: transmitir su legado patrimonial y emocional a la siguiente generación. El gráfico adjunto, referido a los años de la Gran recesión en Galicia, evidencian esta situación.

Por eso, no creemos que sea un problema que en Galicia haya una proporción tan alta de empresas familiares. Lo que sí es un problema es que su tamaño es insuficiente. Es vital que impulsemos su crecimiento y desarrollo. Un exceso de micro y pequeñas empresas lastra la productividad agregada, dificulta sobremanera la innovación y la I+D, o la apertura a mercados exteriores.

Existen múltiples líneas de trabajo en las que, creemos, la nueva vicepresidencia económica debería trabajar para que nuestro tejido empresarial gane dimensión. Además de favorecer la creación de consorcios por sectores para impulsar exportación y actividades comerciales, hay una inmediata y muy relevante: favorecer la autofinanciación y la capitalización de beneficios de las empresas. Los impuestos sobre patrimonio y sucesiones deberían dejar de penalizar la acumulación de posiciones de tesorería en las empresas. Porque esas posiciones son las que permiten el crecimiento orgánico y la adquisición de otras empresas sin caer en el problema del excesivo endeudamiento. No debería preocuparnos que las empresas familiares tengan mucha liquidez. Porque eso es lo que se necesita para poder aprovechar oportunidades de expansión.

*Directores de la Cátedra de Empresa Familiar de la Uvigo

Compartir el artículo

stats