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Son momentos de confianza

Cada día, a las 8 de la tarde, salimos a nuestros balcones y ventanas a dar un fuerte aplauso de confianza y agradecimiento a todos aquellos que, más allá del deber que les exige su profesión, están arriesgando su salud y su vida, para que esta pandemia del Covid-19 no se lleve más vidas, para que no nos siga impidiendo estar con nuestros seres queridos, ni poder acompañarlos en su último viaje.

Confiamos en la ciudadanía que, responsablemente, está cumpliendo con las condiciones de aislamiento quedándose en sus casas, aumentando las medidas de protección. Es emocionante ver las muestras de ánimo y solidaridad entre vecinos, con los cuales no teníamos hasta ahora mucha más relación que un breve saludo al coincidir en el portal.

Trasladamos confianza a nuestros mayores, para que sean capaces de luchar y demostrar, una vez más, que tienen fuerza para enfrentarse a todo, incluida una crisis sanitaria como la actual. También a nuestros jóvenes, para que sean capaces de aprender esta lección de historia, esfuerzo y sacrificio que el coronavirus nos está enseñando. Confiamos en que no vuelvan a cometer nuestros errores.

Confiamos en miles de empresas y trabajadores que más allá de los motivos de fuerza mayor, los ERTE, la caída de ingresos, los riesgos laborales y las amenazas ante el futuro, están poniendo lo mejor de ellos para estar a la altura de lo que la sociedad espera de ellos. Muchos de ellos se han puesto a fabricar, de manera totalmente altruista, materiales de protección para cubrir todas las necesidades.

Miles de empresarios confiamos en que, cuando todo esto pase, seremos capaces de reanudar nuestra actividad económica, de hacer que el coronavirus no sea más que un mal sueño. Estoy seguro que contaremos con la ayuda de nuestros trabajadores, de todos, porque los empresarios no queremos despedir, sino crear empleo.

Pero en este ilusionante mar de confianza en el que navegamos, falla el remo de nuestros gobiernos. Alguno, como el de España, que decreto tras decreto, incluso con nocturnidad y en fin de semana, se empeñan en no escuchar las necesidades de las empresas. Que decreto tras decreto, y en disposiciones adicionales, amenazan nuestro futuro, incluso con sanciones por la vía penal, haciéndonos parecer insensibles explotadores que queremos aprovechar la situación para hacer despidos.

Gobiernos como el Europeo que, en lugar de tomar medidas valientes para demostrar que somos un proyecto de Unión, está aplicando el sálvese quien pueda dándose 15 días más para tomar las medidas de urgencia que todos estamos reclamando. Ellos se toman su tiempo, a nosotros nos dan 24 horas.

Las empresas, con el esfuerzo conjunto de empresarios y trabajadores, hemos demostrado que tenemos una gran capacidad de sacrificio, pero la inseguridad y las incertidumbres, unidas a la falta de confianza que parecen tener en nosotros nos desmotivan.

Señores gobernantes, los empresarios de este país hemos demostrado que también somos merecedores de confianza, es lo menos que esperamos.

* Presidente Confederación de Empresarios de Pontevedra

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