Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Solo será un minuto

Que digan lo que quieran

Ricardo: "A estas alturas puedo decir sin lugar a la duda que me da igual lo que piensen o lo que digan de mí. No es prepotencia, ni mucho menos arrogancia. Tampoco indiferencia. No sé cómo definirlo y me da igual no encontrar una palabra definitiva y esclarecedora. No me las doy de perfecto ni se me pasa por la cabeza despreciar la opinión ajena, siempre que venga de personas que valen la pena y no de seres tóxicos que viven al acecho de tropiezos, errores o derrotas de los demás para condenar sin juicio ni comprensión. A esos ni los cuento como gente a la que tener en cuenta en mi vida. Pero tampoco pierdo ni un segundo de mi tiempo preocupándome por las consideraciones de familiares, amigos o compañeros de trabajo por los que sienta afecto, cariño o cualquier otro grado de vínculo sentimental. Aprecio su interés, pero no lo tengo en cuenta. No siempre fue así. La mayor parte de mi vida la pasé expectante ante el parecer de quienes me rodeaban. En el colegio. En la universidad. En casa de mis padres. Con mi primera esposa y con la amante que vino en plan de evasión y terminó siendo un grillete más. Y en los sucesivos trabajos, claro, obsesionado con el significado de ciertas miradas, tratando de descifrar frases intrascendentes que yo consideraba mensajes en clave, fijándome en el lenguaje corporal de los compañeros cuando yo pasaba cerca. Etcétera. Demasiados ecos a la espera, demasiados silencios sin valor, demasiadas sospechas en falso. Demasiada atención al exterior en busca de aprobaciones, comprensión, afinidad real o disimulada. Supongo que la madurez, que no la resignación, llega cuando un día te descubres encogiéndote de hombros ante lo que se pueda comentar de ti. Lo diga quien lo diga. Es una despreocupación que tiene mucho de alivio y también de recompensa: por tantas decisiones tomadas pensando en el qué dirán, por tantas noches en vela apagando dudas y contriciones, por tantos pasos nunca dados por miedo a? A tantas cosas tontas. Júzgame, no te lo impido. Te animo a hacerlo. Pero que sepas que me importa un rábano tu sentencia".

Compartir el artículo

stats