Paradójico resulta, como mínimo, que la justicia se imparta en colosales palacios y no haya medios suficientes para alcanzar por igual a toda la población. El monumental edificio de A Parda en Pontevedra como el que se construye en el viejo Pirulí de Vigo son claros ejemplos recientes de esa altura de miras que se le presume al tercer poder frente a los colapsados juzgados de O Salnés que demandan dotaciones básicas. Millones de euros para unas instalaciones que en una década ya serán insuficientes porque la función judicial se ha transformado en un gran monstruo que crece sin límites. ¿Dónde han quedado aquellos pequeños juzgados comarcales que resolvían con igual acierto y premura todos los conflictos de lindes, herencias o peleas entre vecinos,...?
Quizás haya ahora más burocracia, que el papel cero imponga más trámites, más plazos, más consultas a unos y otros; más seguridad jurídica, en suma, pero que conlleva nuevas disfunciones, y dilata procedimientos que se prolongan a veces durante décadas, una respuesta que algunos ya no llegan a tiempo de conocer. Pasa en Vilagarcía o en Cambados con causas abiertas desde 1999 y que aún no han llegado a primera instancia, o juicios rápidos que en vez de celebrarse en una semana se convocan meses después, con la clara sensación de una justicia de "dos velocidades". Pero al TSXG esto le "resbala" y ya ni siquiera se acuerda de la situación que soportan en O Salnés sus justiciables, los funcionarios y los profesionales.
Queda claro que es un "olvido" a posta, pues no hace tanto que esos altos magistrados han realizado inspecciones -rutinarias o no- y conocen bien las carencias, esas que llaman pendencia, número de procedimientos penales y civiles, la situación del registro civil que atiende un funcionario de refuerzo, o la "grave, profunda y deficiente situación penal en el Juzgado 1( sic. informe TSXG, año 2018)".
Un verdadero caos, insoportable a todas luces, que también se resolvería con dinero. Si no se escatima en construir lujosos edificios con espectaculares lucernarios, materiales nobles, confortable mobiliario y tecnologías de última generación también debería sobrar para resolver estas disfunciones. Solo el cuarto juzgado de Vilagarcía puede mover que la palanca de cambio judicial en Arousa.
