Estoy cabreada, no con Pedro Sánchez, yo no le voté. Sí con mi partido. Soy del Partido Popular. Fui concejal cinco años, forofa de Mariano Rajoy y Alberto Núñez Feijóo. Mis desavenencias con el partido siempre intenté hablarlas en el lugar correspondiente y en privado. Nunca en tabernas o públicamente. Si no estaba contenta, me apartaba, en silencio, sin ruidos, evitando comentarios públicos de desprestigio a compañeros o al partido. Privadamente o en petit comité, claro que desahogaba. En mis tiempos de concejal no he dudado en votar en contra de lo que decía mi partido si discrepaba o creía que no era la opción adecuada para mis vecinos. Así lo hice en algún pleno.
Somos personas libres, con una afinidad, sí, pero libres. Libres también para discrepar si uno u otro candidato nos da o no confianza y hacer nuestra elección al que consideremos más idóneo ,con nuestro voto. El hecho de ser afín no nos ata de por vida o no nos debe vetar para poder votar libremente. Al menos a mí no.
Por lo que ahora, públicamente, digo: estoy cabreada con los míos. Porque no todo vale, como para otros. Porque se ha cometido el mismo error anterior, pero desde otra perspectiva. Y debieron dar una lección, con valentía, madurez política y humildad, facilitando un gobierno al más votado. Situación que tantas veces hemos sufrido, demostrando altura de miras, demostrando que sí nos importan las personas y que cuando se está en política es por y para el servicio a nuestra gente. No para sillones o para conseguir un puesto de trabajo(por llamarlo de alguna manera) remunerado(bien remunerado). Y demostrando que esto de "y tú más" o "tú lo has hecho también" no cabe ya en nuestra política. Que lo que prima es España, que lo que importa son las personas... Que las urnas hablaron (sí es cierto, también habían hablado cuando fue lo de Mariano Rajoy, cierto y nos dolió). Pero ya está bien. Alguno debe ser sensato en esta insensatez que nos enfada ya desde hace un tiempo.
Esta era una oportunidad de demostrar que no todos somos iguales. Una oportunidad perdida. Y de nuevo surge otro caos, Cataluña, y se repite de nuevo la historia, cambiando el orden de los factores. Me enfado con los míos porque soy libre de valorar todo este despropósito. Despropósito con un solo propósito: ver quién j? a quién.
¿Iré a votar? He ahí la pregunta del millón.
*Vecina de Bueu y exconcejala del PP
