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Comercio agresivo

El comercio ha acompañado al ser humano a lo largo de la historia y quizás sea, sino el más importante, uno de los vehículos que ha permitido la evolución social, económica y cultural pacífica de los pueblos. En el siglo XX, después de las crisis económicas, principalmente la gran recesión de los años veinte, las relaciones comerciales entre los países, constituyeron un elemento esencial para el desarrollo y crecimiento económico, pero sus relaciones estaban directamente asociados a acuerdos puntuales de carácter bilateral y no permitía la expansión de la actividades, pero avanzando el tiempo en 1947 a partir de diferentes experiencias de acuerdos y patrocinada por la ONU, se creó el instrumento denominado GATT (Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio), cuya creación fue promovida por 24 países, entre los que no se encontraba España que por esa época estaba sumida en su autarquía, pero sí que contó con el impulso activo de Estados Unidos y Reino Unido, que bajo una visión multilateral permitió a los países la reducción de aranceles logrando una gran expansión del comercio internacional. La celebración de las rondas de negociación de aranceles a lo largo del tiempo fue consolidando las posibilidades del comercio internacional y fue exigiendo una organización estable y con capacidad de arbitraje y gobernanza, fraguándose en los años noventa la creación de la OMC, la Organización Mundial de Comercio que amplió su ámbito a los servicios y derechos de propiedad industrial y hoy en día tiene 164 países miembros. Por tanto, la OMC determina y garantiza unas relaciones comerciales entre los países regladas y previsibles.

Reconozco que la OMC no resuelve todos los problemas de las relaciones comerciales modernas. Hoy en día las compañías transnacionales, la aparición del comercio virtual y global, el avance de la digitalización en las relaciones mercantiles conlleva la necesidad de la adaptación de las normas, pero aparece una forma agresiva de relaciones comerciales entre los países, impulsada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que a golpe de tweet quita o pone aranceles, barriendo de un plumazo decenas de años de acuerdos multilaterales de aranceles y reglas de comercio exterior, generando daños económicos y dinámicas contraofensivas que espero no nos traiga más incertidumbre y dañe de forma absurda el comercio internacional.

*Economista

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