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El regreso del dios serpiente

Este año 2019 estamos conmemorando el 50 aniversario de la llegada del hombre a la luna. Se trata sin duda de una de las mayores y recientes gestas de la humanidad que reflejaba, además el dinamismo y la pujanza tecnológica de los Estados Unidos de 1969, pero en 2019 se conmemora también los 500 años de otras gestas muy diferentes y mucho más antiguas, pero que transformaron profundamente la historia y la geografía del planeta. Por un lado el inicio de la conquista de México por CortÉs y por otro la primera vuelta al mundo iniciada por Magallanes y finalizada por Elcano. Hoy me referiré a la primera de ellas y hablaré en otra ocasión de aquella primera y épica circunnavegación.

Tengo que reconocer antes de nada que la conquista de México no es un tema pacífico y cuenta con apasionados defensores y detractores. El propio presidente de México, López Obrador, encendió la polémica al solicitar a principios de año al rey de España Felipe VI que pidiese disculpas por la conquista, solicitud que fue rechazada por muchos historiadores e intelectuales, como el Premio Nobel Vargas-Llosa, quien le recordó al presidente mexicano que España llevó a América la civilización occidental, Platón y los grandes filósofos griegos, la religión judeo-cristiana, el derecho romano o las leyes de indias. Es cierto que la conquista y colonización del territorio, costó muchas vidas humanas, incluyendo la de los propios europeos, ya que en la batalla de "Otumba" la expedición de Cortés pudo acabar en desastre, porque apenas 400 españoles y un millar de aliados tlaxaltecas se enfrentaron a un ejército mexica, de 200.000 personas según las crónicas, aunque los historiadores modernos suelen rebajar la cifra a unos 100.000. En cualquier caso una desproporción de fuerzas abismal que de no haber sido por la sangre fría de Hernán Cortés hubiese acabado mal, ya que en el momento más comprometido de la batalla, Cortés y sus lugartenientes rompieron el cerco azteca y alancearon a su general, lo que supuso la huida de aquel gran ejército y a la postre el fin del imperio Mexica.

Creo que es aventurado juzgar desde la perspectiva actual aquellos hechos de entonces. Sin duda en la conquista de América se cometieron muchos excesos, aunque también existe un consenso general en que la mayor parte de las muertes producidas fueron debido a las enfermedades llevadas por los europeos. Con todo, una cierta leyenda negra ha pretendido minusvalorar los logros de aquella España imperial. Las leyes de indias fueron muy avanzadas para su época y los Reyes Católicos y su sucesor, el emperador Carlos I promovieron el mestizaje y los derechos de la población autóctona, desde la Universidad de Salamanca, en donde por cierto había estudiado Cortés, Francisco de Vitoria, el fundador del Derecho internacional, defendía los derechos de los indios, incluso a la propiedad privada. Los primeros hospitales y universidades que se crean en el continente americano serán fundados en la América hispana y esa labor civilizadora hizo que durante la época colonial dichos territorios fuesen muy prósperos. De hecho, a principios del siglo XVIII, la renta per cápita de Nueva España, (que comprendía parte de los Estados Unidos actuales, México y Centroamérica) era más alta que en las colonias británicas de nueva Inglaterra en el nordeste del continente. Como señala el diplomático y escritor Martínez Montes: "Desde mediados del siglo XVI hasta finales del siglo XVIII los principales centros urbanos y regionales de la América hispánica estaban más avanzados cultural y materialmente y, sobretodo aceptaban la diversidad humana en grado mucho mayor?"

Es cierto que Cortés destruyó la civilización Azteca o Mexica, mitificada por algunos a pesar de ser en algunos aspectos una cultura esclavista y cruel, con sus constantes sacrificios humanos, pero no hubiese podido hacerlo solamente con 400 españoles a los que impidió regresar hundiendo las naves, ni por la mayor eficacia del armamento europeo o de las técnicas de combate y ni siquiera por el mito de Quetzalcoatl, o el dios serpiente emplumada, que debería regresar un día para reinar sobre aquel territorio y que muchos indígenas confundieron con el conquistador español. Lo consiguió gracias a que pudo articular una alianza con los pueblos esclavizados por los mexicas, como los tlascaltecas, totonacas, otomíes y muchos otros que vieron en él a su libertador.

Se podrá discutir su legado y las luces y sombras de la conquista, pero pienso que es innegable la enorme gesta conseguida con aquel pequeño grupo inicial de hombres, que transformarían la historia del continente americano y que abrirían la expansión del océano pacífico a los europeos. Pero aquí enlazamos con otra aventura sorprendente, la de la primera vuelta al mundo y esa aventura merece un relato aparte en otra ocasión.

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