Conversando con algunas personas que hace diez o doce años eran absolutamente contrarios a cualquier ampliación en Aguete para defensa de embarcaciones y puro desarrollo de las capacidades turísticas de la zona y por ende, de Marín entero, veo que la posición ya no es la misma. En algunos casos son descendientes de quienes siempre se consideraron "dueños" exclusivos del entorno, pero también hay algunas personas que se han dado cuenta del error que supuso el frenazo que se le dio a la ampliación propuesta. Aquel mantra de que la playa iba a quedar sin arena ya no se sostiene porque tras tantos años de discusión, el arenal sigue siendo playa de punta a chicote y no da la sensación de que vaya a cambiar en el futuro. Con esta realidad que está para ver, no es un invento, es hora de reflexionar sobre aquella reunión entre las partes discordantes donde los técnicos indicaron que era más que posible la realización de las obras previstas pero acabaron ganando fuerza los del "non" con la pasividad, lamento decirlo, de los políticos locales, incluida la actual alcaldesa, que no quisieron o no supieron enfrentarse a la minoría como tampoco los de "Portos" quisieron poner de su parte para que las cosas se hiciesen de otro modo. El resultado es el que vemos, una pifia de puerto ni deportivo ni pesquero, simplemente un engendro inseguro. Solo hay que mirar a la otra orilla, y sin prismáticos.