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desde mi atalaya

Manuel Torres

Perspectiva de vacaciones

La primavera como esperanzado presagio de la estación estival, tradicionalmente la estación vacacional por excelencia, es recibida siempre con renovado optimismo y alegría. La naturaleza entera se transforma, la vida renace en nuevas formas y todo parece preparar la perspectiva de unas próximas vacaciones veraniegas. La palabra vacaciones, por otra parte, no se aplica ya restringidamente, como referida a un hecho minoritario, ni tampoco como propias de la grey estudiantil, sino que se ha convertido hoy, en un término de significación general, ampliamente comprensivo, pues, afortunadamente, ya afecta a todos los sectores sociales , para designar la necesidad de un alto en el esfuerzo cotidiano, de un descanso en la tarea para reponer nuestro potencial e energías gastadas con el esfuerzo anual, y así poder recobrar el tono de nuestras facultades para su puesta a punto para reanudar las tareas y conseguir ulteriores retos.

En este elitista sentido, puede decirse que la privativa significación clasista de este vocablo, que concernía solamente a ciertos sectores sociales y minoritarios, se ha vuelto ahora enteramente desbordada, empleada en sentido masivo y democrático- digamos mejor popular-, por cuanto de privilegio de unos pocos ha pasado a ser, justamente derecho usual y reconocido de todos los ciudadanos. Pero no se trata en modo alguno de un hecho teórico, meramente formal, cuya explicación pueda darse como un fenómeno semántico, sin otra consecuencia, sino que trasciende s lo social como una realidad, como una "praxis", incorporada ya al común vivir de nuestro tiempo. Y esto debe ser considerado como un gran avance en el sentido de la igualdad de todas las personas a gozar de las mismas gratificaciones como consecuencia de sus trabajos o dedicaciones. A medida que la técnica perfecciona las modalidades del trabajo humano, creando instrumentos, automatismos y procedimientos cada vez más precisos y eficaces, aumenta considerablemente el rendimiento del hombre. Lo que hace que teóricamente, trabajando menos, consigamos más cantidad, y calidad, de obra, con la consiguiente reducción de la jornada laboral. Esto hace pensar en la necesidad de proceder a la restructuración de la sociedad humana sobre la base de una mayor economía del esfuerzo, expresada en la disminución del tiempo del trabajo con el consiguiente aumento del tiempo libre y mayor disponibilidad del tiempo para el ocio.

Pero esto no quiere decir que debamos entregarnos a la total inactividad, a la inoperancia física o a la pasividad del espíritu. En todo caso el ocio ha de entenderse como "otra ocupación", libremente adoptada, distinta de la profesión, siguiendo las inclinaciones personales hacia objetivos atractivos, agradables y satisfactorios, pero también interesantes, útiles y fundamentalmente realizadores de nuestra personalidad. Aquí tiene lugar toda clase de actividades lúdicas o del juego, de ejercicios ocupaciones y entretenimientos, conocidos como "hobby" que comprende todo quehacer espontaneo dedicado a una actividad formativa o creadora. Esta, y no otra, debe ser la idea bajo la cual ha de concebirse y planificarse un programa de vacaciones a fin de que sirva para revitalizar el organismo y perfeccionar el espíritu y el conocimiento.

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