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José Manuel Ponte

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José Manuel Ponte

Diccionario de la comida gallega

En dos recientes entregas de "No fondo dos espellos" se hace eco el maestro Méndez Ferrín de la publicación de un libro ("Do abadexo á zorza. Diccionario da comida galega") de Xavier Rodríguez Baixeras, al que describe como "un libro de arte poderoso que non pode pasar desapercibido na biblioteca, nin aberto no facistol, nin posto de plan sobre a mesa da cociña, por pór casos". En definitiva, una obra de alcance enciclopédico que resultará muy difícil de emular tanto por su contenido riguroso como por la transparencia de su estilo literario, que a Méndez Ferrín le hace recordar a Faustino Cordón, autor entre otros de un libro tan instructivo como "Cocinar hizo al hombre".

En ese libro, el sabio madrileño desarrolla su convicción de que la palabra y por tanto el hombre, tal y como históricamente lo conocemos, solo pudo originarse en homínidos que ya habían aprendido a controlar el fuego con los útiles necesarios para ello. Y que gracias a ese dominio pudieron transformar el alimento propio de otras especies en comida adecuada para ellos.

Un proceso evolutivo larguísimo que ha conseguido convertir la necesidad animal de alimentarse en placer. "La cocina -escribe Cordón- enseñó por primera vez a disfrutar con una obra humana bien hecha; en concreto, permitió educar el paladar y, recíprocamente, ella se perfeccionó sujetándose a las exigencias crecientes de este. Por otra parte, la naturaleza del hombre es tan solidaria que exige disfrutar de la buena mesa -como de la música- entre amigos, despaciosamente y compartiendo en común la obra bien hecha. Nada de esto -remata- puede perderse, ni el disfrute gastronómico ni el modo de gozarlo". No he tenido ocasión todavía de leer el "Diccionario da comida galega" pero me abre el apetito de hacerlo (nunca en mejor ocasión) lo que de él opina Méndez Ferrín en el que es perceptible un sentimiento de orgullosa paternidad respecto de la obra gastronómica de Rodríguez Baixeras, tal y como este reconoce en la dedicatoria de otro libro fundamental como es el soberbio "Diario de comidas". ("A Xosé Luís Méndez Ferrín, de quen mis dunha vez me chegou o estímulo para a confección dun libro culinario").

El estímulo tuvo que ser potente y hemos de quedarle agradecidos porque al Diario hemos de sumar ahora el Diccionario y si su autor no hubiera bien escrito otras cosas, estas dos bastarían para consagrarlo definitivamente. He pasado muy buenos ratos leyendo el Diario que es la transcripción literaria de las vivencias gastronómicas del escritor. Entre ellas un desafío a comer que tuvo en Casa Bouzas de Ribadeo (su patria sentimental) con mi buen amigo y lejano pariente el doctor Evaristo Lombardero Rico, promotor de todas cuantas plataformas de defensa del común hayan florecido en las comarcas ribereñas del Eo, tanto de Asturias como de Galicia. Según Baixeras, ganó Evaristo por una manzana.

Y hablando de curiosidades no puedo dejar sin citar el apasionado alegato que hace Ferrín a favor de los "feixóns "(alubias) como acompañamiento ideal del "cocido" en vez de los castellanos garbanzos invasores. Una calamidad que achaca a los gallegos con residencia en Madrid que como buenos colonizados conspiraron para que el cocido gallego se asemejase al que se servía en la capital del reino.

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