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Tribuna libre

Manuel Chamoso Lamas, gran defensor del patrimonio

Hace tiempo que era nuestro deseo traer a nuestra serie de artículos sobre grandes personalidades ourensanas la figura de Manuel Chamoso Lamas, que, merecidamente, da nombre a un centro de enseñanza secundaria de la villa de Carballiño. Y que fue un importante arqueólogo e historiador y, sobre todo, un grande defensor de nuestro patrimonio artístico, monumental e histórico. Porque tenía la sensibilidad precisa para darse cuenta de que nuestro patrimonio artístico es magnífico, y en su momento por la defensa y estudio que del mismo hizo de las localidades de Ribadavia, Pontevedra y Tui, entre otras, las tres corporaciones locales de las mismas supieron premiarlo declarándolo hijo adoptivo de ellas. Y la de Compostela le otorgó la Medalla de Plata. Por su parte, el Ministerio de Cultura le concedió la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes. Todo lo que indica que estamos ante una personalidad importante, que merece nuestro elogio y comentarios.

Pequeña biografía. Hijo de inmigrantes gallegos, Manuel Chamoso Lamas nació el 16 de mayo de 1909 en la capital de Cuba, La Habana. Falleció a los 75 años en A Coruña, el 24 de abril de 1985. Desde los cuatro años de edad residió en Moldes, localidad del municipio ourensano de Boborás. Su casa estaba al lado del pazo de Antonio Losada Diéguez, que llegó a darle clases. Estudió el bachillerato en el Instituto de Pontevedra, donde tuvo la suerte de tener de profesor de dibujo a Castelao, que no dejó de influir en el desarrollo de su personalidad artística. Hizo estudios superiores de Filosofía y Letras y de Derecho en las universidades de Compostela y la Complutense de Madrid. Donde alcanzó el doctorado, y tuvo también la suerte de tener como profesores a Eugenio D´Ors y José Ortega y Gasset.

Al estallar la guerra (incivil como bien indicaba Castelao) se vió obligado a incorporarse como soldado con los franquistas, para salvar su vida. Menos mal que, por sus profundos conocimientos artísticos, lo integraron en el denominado "Servicio Militar de Recuperación", en los frentes de Madrid y Levante, con la noble misión de recuperar en estas zonas el patrimonio cultural. Finalizada la guerra se dedicó a la recuperación de los tesoros del patrimonio artístico, junto con Pedro Muguruza, Graciano Macarrón, Juan de Contreras y López de Ayala. En el año 1940 fue ratificado en el cargo de "Delegado Inspector General de los Depósitos dependientes del Servicio de Recuperación". Cinco años más tarde, en 1945, pasó a ser comisario de la "Primera Zona de Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico", que tenía Compostela como sede oficial e incluía a Galicia, Asturias y León. Este alto cargo le favoreció el poder dirigir el proyecto con el mayor rigor posible de estudio e investigación sobre el santuario compostelano.

Contribuyó además a resolver otras intervenciones en la catedral compostelana, como por ejemplo el importante descubrimiento y recuperación de las antiguas cubiertas de granito, tal como hoy se pueden contemplar, y que permiten como un caso único que puedan ser accesibles y formar parte de los recorridos turísticos y culturales de muchos de los visitantes de la capital gallega a lo largo del año. Ayudó también a restaurar la capilla denominada "A Corticela", que visitan muchos extranjeros y peregrinos.

Como grande experto participó a lo largo del tiempo, entre 1946 y 1959, en diversas e importantes excavaciones arqueológicas. Entre ellas destacan las llevadas a cabo en las minas de oro romanas de Punxin, en el poblado celta del castro de San Cibrao das Lás, en Santa Mariña de Aguas Santas de Allariz y en la catedral de Compostela, donde encontró la lauda del obispo Teodomiro de Iria y puede que el sepulcro de Prisciliano. En este caso sin saberlo, o sin querer saberlo. Promovió igualmente las excavaciones en la famosa plaza de A Quintana, lo que permitió revelar el pasado de este lugar tan troncal e importante y descubrir también las obras iniciales de una catedral gótica, que al final no se llegó a construir. Tomó además medidas, a veces no sin duros enfrentamientos, para preservar la ciudad histórica compostelana. Lo que llevó adelante con la colaboración de otros historiadores sensibles y concienciados y arquitectos del momento. Haciendo que el trabajo de todos ellos en este ámbito se pueda percibir. Todo indica que gran parte de la ciudad histórica compostelana habría desaparecido si no fuera por la estupenda labor de Chamoso. Y el gran arquitecto italiano Aldo Rossi no llegaría a decir que el casco histórico compostelano era una verdadera joya, pero a su lado se levantó una horrenda ciudad, refiriéndose a las construcciones nuevas del ensanche. Chamoso dirigió entre 1969 y 1979 el Museo compostelano de las Peregrinaciones, del que había sido su fundador, y que durante mucho tiempo por falta de ayudas y promoción, estuvo en crisis y languideciendo. Con la reorganización que del Ministerio de Cultura hizo en 1977 el gallego Pío Cabanillas, Chamoso fue nombrado subdirector de Patrimonio Artístico, pero al cabo de un año renunció a este cargo. Entre los cargos importantes que desempeño están los de presidente de la Real Academia Gallega de Bellas Artes y ser miembro del Instituto de Estudios "José Cornide" de Coruña y de la RAG.

Después de un breve periodo en Aragón llegó a Compostela en 1944, con el objetivo principal de mediar en el conflicto que existía en la catedral, abierto entre los partidarios de la retirada del coro barroco y los que se oponían a ello. Al final triunfaron los primeros, el coro se retiró, y Chamoso pudo iniciar las excavaciones arqueológicas en el subsuelo de la basílica, aprovechando la retirada del mismo. Como responsable estatal del patrimonio del noroeste peninsular actuó en diversos tramos del camino compostelano de peregrinos. Y en 1965 promovió un informe para la defensa de los parajes y lugares históricos y pintorescos, donde el itinerario está presente. Por ello, ya antes, había comenzado a actuar en el abandonado lugar de O Cebreiro, en la primera mitad de los años sesenta, al igual que hizo en los siguientes años en otros lugares, pueblos rurales y puntos del camino, tanto en la provincia de Ourense, como en la de Pontevedra.

Una obra amplia y excelente. Chamoso escribió una gran cantidad de artículos, la mayoría relacionados con el patrimonio artístico, que, como señalamos, era su gran vocación y especialidad. Lo mismo hizo sobre las múltiples excavaciones que llevó a cabo a lo largo de muchos años, que también eran su pasión de investigador. Muchos de sus trabajos han sido publicados en numerosas publicaciones periódicas, pero, como es lógico, más en las relacionadas con la historia, el arte y el patrimonio. Por suerte, además, consideraba esencial en el trabajo que desarrollaba la fotografía para documentar y realizar las pertinentes investigaciones. Gracias a ello dejó un impresionante fondo de imágenes, que hoy se encuentra depositado en la Real Academia Gallega de Bellas Artes de Coruña. Un verdadero tesoro que permite seguir las excavaciones sucesivas realizadas en el subsuelo de la catedral compostelana y su entorno, durante los años cincuenta y sesenta. Pero no solo esas, pues hay otras series de imágenes de gran valor. El magnífico fondo que se conserva en la Academia citada, que llegó a presidir Chamoso, de imágenes de nuestro patrimonio monumental y etnográfico realizadas por él, es tan extraordinario que se compone de 10.826 negativos en película, 124 placas de cristal con imágenes sobre vidrio, y 1.814 fotografías positivadas, lo que alcanza aproximadamente unas quince mil imágenes. Este fantástico fondo documental e icónico es el resultado de toda una vida dedicada por nuestro personaje para dejar documentada gráficamente la conservación y protección del patrimonio gallego de nuestra tierra.

De momento en diversas fases y momentos, y algunas campañas, se inició su catalogación y adaptación archivística, para la conservación de tan importantes documentos icónicos. El acceso a este material está en estos momentos pendiente de ser catalogado en su integridad, preparándolo para la consulta con el objetivo de realizar proyectos de investigación y de tipo historiográfico y documental. Al contar con un fondo tan amplio y valioso, la Academia ya ha divulgado una parte importante del mismo, al realizar, con el apoyo de varias entidades, exposiciones con sus catálogos, bajo el lema "No obxetivo de Manuel Chamoso Lamas", en las y sobre las ciudades de Lugo, Ourense, Pontevedra y A Coruña (esta en 2004). En Compostela, en 1999, la exposición se denominó "Compostela e os camiños, na obra e fotografía de Manuel Chamoso", que, con patrocinio de la Xunta, organizó la Academia, poseedora de este fondo.

En forma de libros, su obra también es estupenda. Hecha una selección de los mismos, tenemos que destacar los títulos que a seguir reseñamos. Everest de León le editó varias monografías sobre las catedrales gallegas de Ourense (1980), Lugo (1983) y Compostela (1991). En 1981esta editora le publicó la Guía de Tui, y en 1992, en 2 volúmenes escritos con otros autores, publicó la obra Catedrales de España: Lugo, Toledo, Girona, Pamplona y Almería (Vol. 1) y Compostela, Ourense, León, Valladolid y Salamanca (Vol. 2). Silex Ediciones le publicó varios títulos: tres ediciones de la monografía sobre Compostela (1982) y una en francés, y en el mismo año el libro Itinerario monumental y artístico de Galicia. El CSIC publicó los libros de Chamoso titulados: La arquitectura barroca en Galicia (1955) y Pórtico de las Platerías de la catedral de Compostela (1964). Ediciones Encuentro sacó a la luz, en 1996 y 1997, en 2 tomos, su monografía sobre Galicia y sus Rutas Románicas, que había sido publicada por primera vez por la misma editora en 1989, y ya antes, en 1976, por la Fundación Juan March. La Real Academia Gallega de Bellas Artes editó su libro Estudios sobre arte, arqueología y museología (2009). Manuel R. Moret editor le publicó dos obras: Escultura funeraria en Galicia (1979) y la monografía sobre Compostela (1980). Las Diputaciones de Lugo y Pontevedra publicaron los libros Lugo no obxetivo de M. Ch. L. (1995) y Pontevedra no obxetivo de M. Ch. L. (1999). Y la Caja de Ahorros de Galicia, en 1980, sacó a la luz sendas ediciones del libro Museo de arte sacro. Clarisas de Monforte de Lemos. Finalmente, la Xunta publicó en 1999 una edición en castellano y otra en gallego del libro Compostela y los caminos: obra y fotografía de M. Chamoso.

(*) Educador Social y Animador Cultural.

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