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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

El retorno

Así que, en el extraño ambiente en el que viven estos Reinos, puede afirmarse que es una gran -y muy agradable- sorpresa la que ha proporcionado el Congreso de los Diputados al aprobar por unanimidad en retorno de la Filosofía a la relación de asignaturas obligatorias en ESO y Bachillerato. Y se habla de sorpresa y del ambiente porque ahora mismo son muy pocos los que esperaban que esa asignatura, ausente como troncal en la enseñanza media española desde hace demasiado tiempo, no se perdiese tras lo que muchos creían olvido doloroso y perjudicial.

Conste que ese retorno -y aún más: la asunción, siquiera parcial, de la filosofía según la cual la Filosofía es útil- y todo el que quiera entenderá lo que se dice- supone un avance trascendental. Y no porque suponga una renuncia a la evidencia de que las tecnologías ocupan hoy -y así debe ser- lugar prioritario en la escala del saber, sino por constatar que la historia de las ideas, de su génesis, fundamento, evolución y aplicación, así como de su influencia decisiva en el desarrolloa de la Humanidad, ha vuelto a donde solía. Y eso significa que pronto recuperará su realce social.

Otra sorpresa -que debe acompañarse de una disculpa hacia las gentes del oficio político en general: muchos, entre otros quien esto escribe, dudaban ya de que poseyesen esa sensibilidad- la constituye el eco que aquella aprobación ha tenido en distintos ambientes, no sólo en los académicos. Una repuesta positiva en general de quienes se interesan de un modo u otro por la Educación y su carácter universal, interés que dignifica al conjunto.Y que se deriva, en sentido contrario pero también positivo, por la relativa escasez de crítícas, sobre todo en el terreno de los que ven "demasiado esfuerzo" para el alumnado.

En todo caso, y desde el respeto hacia cualquier opinión, hay quienes piensan que, efectivamente, es posible que la carga de trabajo aumente para los estudiantes. Pero eso es a la vez un retorno, siquiera progresivo, a algo que se ha denunciado sin demasiado éxito ante varios gobiernos precisamente porque apenas se valoraba esa "cultura del esfuerzo" que le da mayor valor a quienes superan las dificultades a través de la inteligencia y la constancia. Se ha dicho que las críticas -y las denuncias- eran infundadas: ahora habrá posibilidad de comprobarlo.

El retorno de la Filosofía supone, pues, beneficio para una sociedad demasiado acostumbrada -y éste es un punto de vista también personal- a los mecanicismos que de algún modo la robotizan y que acaso sin clara conciencia de ello va asumiendo la renuncia a lo que un parlamentario ignorante, de finales del XIX, calificó como "funesta": la "manía de pensar". A lo largo de estos muchos años, Galicia no ha olvidado ni prescindido de sus filósofos, pero su tarea se ha mantenido en ámbitos académicos, sin cruzar la frontera de la política, arte y ciencia a la que puede aportar lo que tanto le falta: los sentidos comun y de lo común. Por eso, también, el retorno de la asignatura a las aulas debe ser un paso hacia la recuperación del primero y la consolidación del segundo.

¿No?

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