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Santiago Lago Peñas.

La subida del SMI

El 23 de marzo de 2017 publiqué una columna en Faro bajo el mismo título que el de hoy. Arrancaba con claridad: "la reciente subida del 8% en el importe del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) español era necesaria y es razonable".

Mi opinión sobre la subida del más del 20% prevista para 2019 (y la expectativa expansiva para 2020) es muy distinta. Creo que no es razonable y que sus efectos económicos no se han meditado lo suficiente. En esencia y anticipando mi conclusión, una subida tan sustancial exigiría un período de aplicación progresiva, para que el sistema y los agentes se vayan ajustando a los nuevos parámetros. Sin duda, a lo largo de varios años, como estaba prevista en el acuerdo vigente entre empresarios y sindicatos. Hacerlo de un mes para otro va a conducir inevitablemente a distorsiones y reacciones indeseadas que, me temo, no han sido tenidas en cuenta lo suficiente. Ojalá me equivoque.

Para un territorio como Madrid o Cataluña la subida del SMI es menos relevante. Pero para Extremadura o Galicia, donde los salarios medios son más bajos, el efecto escalón anunciado, nunca visto en la historia de este país, va a generar presión al alza sobre los salarios en más categorías que la básica. La subida en la partida de costes salariales va a empujar a una parte de las empresas a revisar su plantilla o a reforzar la deslocalización a territorios cercanos como el Norte de Portugal, donde el actual diferencial salarial se va a ampliar significativamente, con productividades que no son tan diferentes. En los sectores donde se mueve una parte sustancial de la facturación en efectivo (hostelería, turismo) y se abusa del falso contrato a tiempo parcial, se va a reforzar el incentivo a trabajar en negro una parte del horario real. En las tan necesarias experiencias de formación profesional dual, las empresas se van a plantear seguir el curso que viene ante el mayor coste que va a suponerles. Si contar con una empleada doméstica a tiempo completo pasa a suponer en un par de años 1.400 euros en 14 pagas sin posibilidad de bonificación impositiva para las familias, me temo que se convertirán en "rara avis" en sitios como Galicia o Andalucía; al menos las que no trabajen en B.

Podríamos seguir enumerando posibles efectos indeseados. Desde luego, puede que me equivoque y que no pase nada de lo anterior. Pero la experiencia me dice que querer ir demasiado rápido hace que, muchas veces, nos caigamos.

*Director de GEN (Universidad de Vigo)

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