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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

El duelo

Hoy por hoy, y a la vista de cómo se desarrollan los preliminares, pocos dudan de que la Comisión Parlamentaria de "investigación" sobre el triste episodio de la muerte de un paciente en A Estrada acabará convirtiéndose en una especie de Causa General contra el Sergas y, por elevación, contra el conselleiro de Sanidade y la Xunta misma. Los propios términos, confusos, de la tarea que se le encomienda constituyen un claro indicio de por dónde van a ir los tiros. Además, por supuesto, de que el asunto es habitual en las filípicas del PSOE.

En ese sentido, la fórmula innovadora de la Comisión para intentar lo mismo de siempre -denunciar el supuesto mal estado del sistema sanitario público gallego a causa de los recortes- se ha escogido desde la oposición aprovechando la oportunidad del episodio estradense. Que, por cierto, está siendo ya investigado por el Sergas, lo que añade otra patada al Servicio, ya que se cuestiona su imparcialidad, e incluso su profesionalidad, al encargar la tarea a miembros de la Cámara. Un extraño modo de sosegar a los pacientes actuales y a los potenciales.

La iniciativa, que aparte de la inutilidad -salvo para hacer ruido, que es lo que mueve a PSdeG, EM y BNG, no la mejora del sistema- demostrada en ocasiones y asuntos anteriores, transforma de facto a la institución parlamentaria en una especie de "tribunal bis", reservado para determinar responsabilidades políticas y que convierte a sus señorías en una "policía auxiliar" para cumplir la tarea. Algo también sorprendente, porque los que respaldan la Comisión ya emitieron su dictamen: lo que pasa, muerte incluida, "ocurre básicamente por culpa de los recortes", dixerunt. Y estos, a su vez, "se agravaron por la mala gestión" sanitaria de la Xunta.

Naturalmente, y para completar el marco, no deben olvidarse dos elementos clave. El primero, que la crítica y la descalificación previsibles desde la oposición, diga lo que diga o demuestre el gobierno gallego, se extenderá a toda la Xunta. El segundo, que faltan pocos meses para las elecciones municipales y la izquierda no quiere desaprovechar ninguna oportunidad para desgastar, con razón o sin ella, la imagen de quienes tienen la responsabilidad de velar por la salud pública, que es cuestión especialmente sensible para la gente del común, vote lo que vote. O aunque no vote.

Dicho todo ello, quizá convenga una observación colateral. El asunto de la Comisión, ante la cual comparecerá -voluntariamente-, como anunció, el presidente Feijóo, ha servido para otro episodio del duelo dialéctico que protagonizan don Alberto Núñez y el alcalde de Vigo. Duelo que -y es una opinión personal- refleja no tanto quién tiene más razón cuanto la antipatía que se tienen. Y están en su derecho, pero seguramente sería mejor que no la exhibiesen en demasía, porque no es espectáculo agradable para nadie ver a dos personas de peso institucional -aunque en uno mayor que en otro, como es obvio- retándose a comparecer en una Comisión u otra y mezclando churras con merinas. Si acaso, que lo dejen para la campaña electoral.

¿Eh...?

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