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Antonio Touriño

El mirador de Lobeira

Antonio Touriño

Un brindis internacional

El albariño es uno de los tesoros de O Salnés y no solo se merece una fiesta como la que cada año, desde hace 65, le dedica Cambados. Se le debería rendir pleitesía, no en vano es uno de los recursos económicos, tras la pesca -que también se merece una fiesta más allá de la del Marisco-, más relevantes de la comarca.

De ahí que la declaración de Interés Turístico Internacional llega en un momento de oro para promover uno de los vinos blancos más exquisitos del mundo, como referendan clientes que acuden a tiendas gourmet de Japón, China o Estados Unidos, por poner algunos ejemplos que aparecen en los gráficos de exportaciones del Consello Regulador.

Pero ahora habrá que aprovechar la distinción. No puede quedar ahí como un lustroso hito y hay que empezar a sacarle todo el rédito. Y empezar ya en esta vendimia.

El gobierno local debería preparar ya algún acto de recepción del premio porque un título internacional no llega todos los días. A Cambados le ha costado diez años y una capitalidad europea del vino. Y también muchas polémicas sobre la fiesta que para muchos se ha convertido en simple feria, es decir mucha venta y poca promoción.

El albariño debe convertirse en el embajador honorario de la comarca, un bien que hay que reconocer sobre todo a los cientos de viticultores que cada día del año salen a vigilar su "parras", sin olvidar por ello a los que lucen mayor abolengo, los de capa y metopa que también cumplen ese papel de distinción que la uva de O Salnés tiene por méritos propios. Un valor que hay que exportar también con rango turístico.

Y por ello es el momento de que Cambados vuelva a reclamar la sede del Consello Regulador porque en Pontevedra capital no hace nada, salvo aprovechar las instalaciones del Pazo de Mugartegui. El criterio de la equidistancia no tiene sentido. O Rosal y Valmiñor pueden tener también su sede cerca de sus bodegas. En este caso tampoco Pontevedra les representa. A alguien se le ocurriría que el Consejo del Jerez se fuera para Cádiz o que el de Rueda estuviera en Zamora. Cae de cajón que el jamón de Guijuelo no se puede promover desde la Plaza Mayor de Salamanca.

Cambados tiene una ocasión de oro para reclamar la sede y brindar así al mundo con sus frescos y sabrosos espumosos.

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